Ahora vamos a recordar tres emblemáticas iglesias madrileñas dedicadas al Santo, que por orden cronológico son:
1.- San Antonio de los Alemanes del siglo XVII, un magnífico ejemplo del barroco madrileño, que ha llegado hasta nosotros en un estado de excelente conservación.
Se ubica en la Corredera Baja de San Pablo en su confluencia de la calle Puebla, en pleno centro, ya que se encuentra no muy lejos de la Gran Vía madrileña
Se la conoce con el nombre arriba indicado o de San Antonio de los Portugueses, así como la iglesia de la Hermandad del Refugio. La razón de dichas denominaciones se debe a que en su origen fue parte del hospital creado para la atención de los naturales de Portugal durante el reinado de Felipe III, cuando Portugal formaba parte de la Corona española. Cuando a mediados del siglo XVII Portugal se separó de la Corona española, pasó a designarse “de los alemanes” por voluntad de la reina Mariana de Austria, esposa de Felipe IV y madre del rey Carlos II.
Las dependencias del antiguo hospital y del colegio anexo, pasaron más tarde, principios del s. XVIII, a depender de la Hermandad del Refugio, conocida popularmente como la “Ronda del pan y del huevo” hasta la actualidad.
Dicha Hermandad fue fundada en 1615 por el padre Bernardino de Antequera, con el fin de socorrer a los necesitados. Entre las obras caritativas desarrolladas, destaca la “ronda del pan y el huevo”, es decir, un grupo de voluntarios – formado por un sacerdote y varios seglares – que recorrían las calles dando la limosna de pan y huevos cocidos a los indigentes. Los medios materiales para dicha actividad provenían de las limosnas dadas por los madrileños para este fin, que consideraban a esta ronda como la “bien mirada”, frente a otras rondas existentes en la época (la del “pecado mortal” o de “los alcaldes” o policía).
En la actualidad la Hermandad sigue desarrollando su actividad caritativa, entre otros medios, a través de un comedor social que atiende a diario a más de cien personas.
El templo tiene forma oval y es obra del arquitecto jesuita Pedro Sánchez de comienzos del siglo XVII, característico del barroco., de la que podemos destacar las dos escultura pétrea del Santo, una en la portada y otra situada en el altar mayor, ambas del escultor portugués afincado en Madrid Manuel Pereira. Del interior hay que destacar las pinturas que decoran los muros interiores y la bóveda. De ellas vamos a destacar las dedicadas a la vida del Santo obra de Lucas Jordán, también del siglo XVII.
Es un ciclo iconográfico en sentido helicoidal que parten de la derecha de la puerta y nos narran los episodios milagrosos más conocidos de la vida de San Antonio: de los segadores, la resurrección del joven Parrasio, predicación a los peces, de la mula, etc. El ciclo pictórico culmina en la bóveda, donde se representa de forma grandiosa la aparición de la Virgen y el Niño al Santo, fresco obra de Juan Carreño de la segunda mitad del siglo XVII.
La iglesia permaneció cerrada durante la Guerra Civil por lo que, afortunadamente, no sufrió daño alguno.
2.- Iglesia de San Antonio de la Florida
Es la más importante y popular de las iglesias madrileñas dedicadas al Santo por diversas razones. En primer lugar por su antigüedad, pues hay datos de que en el siglo XVI existía en este lugar un humilladero, que con el paso del tiempo fue adquiriendo un destacado valor arquitectónico, pues a principios del siglo XVIII está documentada la existencia de la ermita de dicada a San Antonio, la cual sufre diversas y profundas transformaciones hasta que en 1798 se concluyen las obras del templo actual.
Esta iglesia es obra de Felipe Fontana, que diseña la nueva ermita con una elegante sobriedad neoclásica. Tiene planta de cruz griega; con una cúpula de seis metros de diámetro, cuyo espacio interior fue utilizado por Goya para desarrollar una de sus más populares pinturas.
Para esta ermita se realizó un escultura de San Antonio de Padua, obra de José Ginés, dicha escultura se encuentra hoy en la ermita gemela de la que hablaremos más adelante.
Otra razón de su gran popularidad es que el rey Carlos IV encargó a Francisco de Goya la decoración interior de la ermita en 1798. Durando dicho trabajos unos cuatro meses.
En la cúpula de la iglesia, como ya dijimos, Goya desarrolla un programa iconográfico, del que se conservan diversos bocetos. Representa un episodio bien conocido de la vida del Santo: la resurrección de un hombre asesinado que vuelve a la vida para testificar a favor del padre del santo que había sido falsamente acusado de su muerte. Asimismo pinta diversos personajes populares que contemplan el portentoso acontecimiento.
Con esta obra, Goya rompe una tradición artística que desde la época barroca se había impuesto en la decoración de las cúpulas: cielos abiertos y escorzos espectaculares. Ahora domina el espacio elementos costumbristas y esperpénticos, con actitudes violentas y vulgares.
El resto de las pinturas Goyescas se extienden por las pechinas, bóvedas, lunetos y ábside, consideradas por los expertos como obras maestras dentro de la producción goyesca.
En 1881 el real Patrimonio cedía la ermita al Arzobispado de Toledo. Que instaló una nueva parroquia en dicho templo. En 1919 se inhumaros los restos de Goya en su interior. La lápida que los cubre da los datos del nacimiento y muerte del artista: 1746-1828.
A principios del siglo XX y para mejor preservar esta magnífica obra artística, se construyó una ermita gemela, donde en la actualidad se desarrolla el culto y quedando la antigua como Museo y Panteón de Goya.
La tercera razón de su popularidad radica en el hecho de que cada mes de junio se celebra en este lugar la tradicional verbena de San Antonio, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII y se popularizó aún más en el siglo XIX, cuando las modistillas de Madrid iban a pedir novio al santo casamentero, con el ritual de los alfileres. La verbena se hizo tan popular que Federico Moreno Torroba compuso una zarzuela denominada “Luisa Fernanda” sobre esta celebración popular.
En la actualidad se conservan estas fiestas y tradiciones, destacando de ellas la bendición y distribución de panecillos: “Pan de los Pobres”, entre los miles de personas que acuden el 13 de junio de cada año.
3.- Parroquia de San Antonio de Cuatro Caminos
Situada en la calle Bravo Murillo, se encuentra la iglesia más reciente en la capital de España dedicada a San Antonio, ya que fue inaugurada en 1947, obra del arquitecto Juan Laguna.
Durante la cuaresma del año 1934, cuando dos padres capuchinos del convento de Jesús dieron una misión en la parroquia de los Ángeles, en la barriada de Cuatro Caminos, que era un suburbio de Madrid en aquellas fechas. Con tal motivo el párroco, D. Manuel Rubio Cercas también vicario de la Diócesis, propuso a los padres predicadores la fundación de un convento en su parroquia con la expresa intención de que los religiosos colaboraran en la asistencia espiritual de los muchos y dispersos feligreses dela barriada. Habiendo aceptado la invitación, los religiosos decidieron adquirir un solar en la Calle de Bravo Murillo, solar que había sido ocupado anteriormente por un colegio de religiosas mercedarias y que fue incendiado y destruido en mayo de 1931 por exaltados anticlericales.
En abril de 1939 se adquirió el solar por parte de los padres capuchinos. Después de la guerra, tras numerosos proyectos fallidos por falta de presupuesto, se colocó la primera piedra el día 4 de noviembre de 1944, gracias la disponibilidad espiritual y económica de una gran mujer, Dña. María del Carmen Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, Condesa de Gavia. Dicha benefactora, falleció 1949, a la edad de 83 años, siendo enterrada en un mausoleo dentro del templo.
La fachada del templo, de revoco, es un cuerpo rectangular coronado por un frontón triangular con una cruz. En ella se abren tres arcos que dan paso al atrio del templo. En el centro de la fachada, y sobre el arco central, hay una escultura de San Antonio, flanqueada por un ángel y un pobre.
A la derecha de la fachada se eleva la torre, de 50 metros de altura. La planta de la Iglesia es de cruz latina, con crucero y coro a los pies. Mide, de pared a pared, 46 metros de larga por 28 de ancha. La nave central, de 20 metros de luz, se cubre con bóveda de cañón con arcos fajones. En el centro del crucero se levanta una hermosa cúpula sobre arcos formeros, teniendo un tambor octogonal inscrito en una circunferencia de 12,50 metros de diámetro y chapitel. La última reforma del Templo se efectuó en el año 1997, recuperando la condición de espacio luminoso y claro.
Además de una activísima pastoral parroquial, en su ámbito se desarrolla una intensa obra social, tan unida siempre a la figura de San Antonio, de ella destacamos. Centro de día, club de ancianos, donde además de la asistencia religiosa se ofrece comedor, rehabilitación, terapia ocupacional, etc. Dispensario Médico y Asesoría jurídica, es atendido por personal profesional cualificado y por varias Hermana de la Obra Misionera de Jesús y María Hay también actividades dedicadas a la atención de los inmigrantes: apoyo escolar, cursos para su inserción laboral (geriatría, informática e idiomas).
Madrid, 5 de mayo de 2014