Recemos para que todos los países decidan tomar medidas necesarias para hacer que el futuro de los niños sea una prioridad, especialmente el futuro de los niños que hoy están sufriendo.
Cada niño marginado, cada niño abusado, cada niño abandonado, cada niño sin escuela, sin atenciones médicas, es un grito que se eleva a Dios.
En cada uno de ellos es Cristo, que vino a nuestro mundo como un niño indefenso, es Cristo quien nos está mirando en cada uno de esos niños.
Recemos para que todos los países decidan tomar medidas necesarias para hacer que el futuro de los niños sea una prioridad, especialmente el futuro de los niños que hoy están sufriendo.
Papa Francisco – Diciembre 2019