Recemos por los sacerdotes para que, con la sobriedad y la humildad de sus vidas, se comprometan en una solidaridad activa, sobre todo, hacia los más pobres.
Quiero pedirles que dirijan su mirada a los sacerdotes que trabajan en nuestras comunidades.
No todos son perfectos, pero muchos se la juegan hasta el final ofreciéndose con humildad y alegría.
Son sacerdotes cercanos, dispuestos a trabajar duro por todos.
Demos gracias por su ejemplo y su testimonio.
Papa Francisco – Junio 2019