Oremos por nuestras parroquias, para que no sean simples oficios, sino que animadas por un espíritu misionero, sean lugares donde se comunique la fe y se vea la caridad.
Las parroquias deben estar en contacto con los hogares, con la vida de las personas, con la vida de la sociedad. Tienen que ser casas donde la puerta está siempre abierta para salir adelante hacia otros. Y es importante que esta salida siga una clara propuesta de fe. Las puertas deben abrirse para que Jesús pueda salir con toda la alegría de su mensaje. Oremos por nuestras parroquias, para que no sean simples oficios, sino que animadas por un espíritu misionero, sean lugares donde se comunique la fe y se vea la caridad. El Papa Francisco - Septiembre de 2017