Este mes misionero extraordinario recemos para que el Espíritu Santo suscite una nueva primavera misionera en la Iglesia.
Hoy, es necesario un nuevo impulso en la actividad misionera de la Iglesia para afrontar el desafío de anunciar a Jesús muerto y resucitado.
Llegar a las periferias, a los ambientes humanos, culturales y religiosos todavía ajenos al Evangelio: en esto consiste lo que llamamos missio ad gentes.
Y recordar que el corazón de la misión de la Iglesia es la oración.
Este mes misionero extraordinario recemos para que el Espíritu Santo suscite una nueva primavera misionera para todos los bautizados y enviados por la Iglesia de Cristo.”
El Papa Francisco – Octubre 2019