Teniendo ya en Antioquia una cristiandad sólidamente organizada, tomó consigo a Bernabé y Juan Marcos, y emprendió, hacia el año 46, su primer viaje apostólico.
Se dirigieron, en primer lugar, a Seleucia de Siria, y allí embarcaron para Chipre (Act, 13, 4 y s.). En el puerto de Salamina predicaron el Evangelio, y luego marcharon para Pafos, donde lograron la conversión del procónsul Sergio Paulo. Salidos de Chipre, se dirigieron al continente y llegaron a Perge de Panfilia. Allí los abandonó Juan Marcos, con gran sentimiento de Pablo. Pero éste, sin detenerse, se internó inmediatamente, junto con Bernabé, hasta llegar a Antioquia de Pisidia. En esta ciudad, y luego en Iconio, Listra y Derbe de Licaonia, predicó el Evangelio conforme al plan que luego fue siguiendo en todas partes. Primero, se presentaba ante los judíos en la sinagoga, les predicaba la doctrina del Evangelio, y ante la oposición que encontraba entre ellos, se dirigía a los gentiles, entre los cuales obtenía numerosas conversaciones. Así sucedió en estas poblaciones.
Derbe fue el punto extremo a donde llegó en este primer viaje apostólico. Desde aquí volvió de nuevo, en orden inverso, por Listra, Iconio y Antioquia de Pisidia, estableciendo presbíteros y consolidando las nuevas cristiandades. Luego partió directamente a Antioquia de Siria, en donde se hallaba hacia el año 49.
Conflicto de Antioquia
Esta ciudad era como el centro de la actividad de San Pablo. Por eso en ella continuaba él enseñando la fe de Cristo, y de hecho a ella se atenían los cristianos, en su mayoría procedentes del gentilismo, sin preocuparse de la ley de Moisés. Pero los judío-cristianos comenzaron a sembrar discordia, sosteniendo el principio de que se debía observar juntamente la ley mosaica. El mismo San Pedro, habiendo ido por entonces a Antioquia, se juntó primero con los cristianos conversos del gentilismo, viviendo con ellos; mas poco después, atraído por los judío-cristianos, se juntó con éstos, y practicaba juntamente la ley mosaica. Entonces, pues, Pablo se le opuso abiertamente (Gál., 2, 12). Es lo que se llama conflicto de Antioquia entre Pedro y Pablo. Pero entonces llegaron ambos a una inteligencia: Debía observarse sólo la ley cristiana.
Concilio de Jerusalén
Pero el asunto debía resolverse de una manera general, para que los cristianos supieran claramente la conducta que debían observar. Por eso reunióse en Jerusalén una asamblea, formada por todos los Apóstoles que pudieron reunirse y algunos presbíteros. Es el primer Concilio de la Iglesia, celebrado los años 49 ó 50. No obstante la insistente oposición de algunos judío-cristianos, se impuso la norma defendida por Pablo: que no debía imponerse a los conversos cristianos la observancia de la ley de Moisés. Así lo anunció expresamente el jefe de los Apóstoles, Pedro, y fue aprobado por todos. Era el principio de la libertad cristiana.
Segundo viaje apostólico de San Pablo
Resuelta esta cuestión fundamental, San Pablo emprendió su segunda jira apostólica. Tomando esta vez como compañero a Silas, entró por tierras de Licaonia y visitó las iglesias de Derbe, Listras, Iconio y Antioquia de Pisidia, ya evangelizadas por él. En Listras conquistó a Timoteo, quien se le juntó como compañero. Luego atravesó Galacia y llegó a Tróade, donde se le juntó, y ya no se le separó, San Lucas, que es quien describe todos estos hechos. Hallábase indeciso sobre el rumbo que iba a tomar cuando tuvo en sueños una célebre visión que lo decidió a dirigirse a Macedonia, así, pues, entró en Filipos de Macedonia, donde convirtió a la matrona Lidia; mas poco después fue azotado y aherrojado en una cárcel. De allí marchó a Tesalónica y a Berea, donde trabajó, conforme a su plan, primero con los judíos y luego con los gentiles; más de nuevo los judío-cristianos levantaron persecución contra él, y tuvo que partir.
Compendio de Historia de la Iglesia Católica
Bernardino Llorca, S.J.