En el siglo VIII, el papa Juan VII consagró en Roma una capilla denominada “sancta María in Verónica”, el emperador Tiberio, contemporáneo de Cristo, fue curado milagrosamente de una terrible enfermedad por esta reliquia. Esta imagen se conserva en la Basílica de San Pedro del Vaticano; en otros tres lugares distintos se preservan las reliquias conocidas como el paño de Verónica: En España (la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción (Jaén), y el Monasterio de la Santa Faz (Alicante) y en la Basílica del Sacré Cœur (París-Francia).
La paradoja de la multiplicidad de paños se resolvía con el recurso a la posibilidad de que Verónica doblara el pañuelo dos veces antes de que la sangre de Jesús se secara, con lo que serían cuatro las imágenes obtenidas. La palabra griega “tetradiplon” ("doblado cuatro veces") se reserva para la denominación del Mandylion de Edesa.