En Ciudad Bolívar, Bogotá, una estatua de María Auxiliadora observa una comunidad de jóvenes y madres con pocos recursos. El Centro Juan Bosco Obrero, desde 1994, actúa como un faro de esperanza en esta zona marcada por la pobreza y la violencia. La localidad alberga a 853,000 personas, muchas viviendo en precarias viviendas de materiales reciclados. Un 18% de los hogares carece de necesidades básicas. Los niños y jóvenes enfrentan peligros como el tráfico de drogas y el trabajo infantil.
El Centro Juan Bosco Obrero ofrece 13 programas de formación técnica, actividades deportivas y artísticas, y apoyo a jóvenes migrantes a través de la Casa de Acogida para Jóvenes Venezolanos. También atiende a adultos mayores y madres solteras, organizando actividades recreativas y visitas a domicilio para apoyar a las familias necesitadas. Liderado por Jefferson Alfonso Mariño, el centro se dedica a mejorar la vida de esta comunidad vulnerable.