Servicios humanos de los Estados Unidos anunció que “que casi todos los empleadores, incluyendo las instituciones católicas, serán obligados a ofrecer a sus empleados cobertura médica y de salud que incluya la esterilización, drogas que inducen abortos y anticonceptivos.”
Con este motivo el Arzobispo de Miami ha dirigido una Carta pastoral a todas las parroquias de su archidiócesis, protestando por esta ley injusta, que deja de lado la “Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, negando a los católicos la primera y más fundamental libertad de nuestra Nación, la libertad religiosa.”
Monseñor Thomas Wenski termina su carta diciendo a sus feligreses: “Y, por lo tanto, les pido dos cosas. La primera, que como comunidad de fe, debemos comprometernos a orar y ayunar para que la sabiduría y la justicia prevalezcan, y la libertad religiosa pueda ser restaurada. Sin Dios, no podemos hacer nada; con Dios, nada es imposible. En segundo lugar, les recomiendo que visiten la página web www.usccb.org/conscience, para informarse mejor sobre este asalto grave a la libertad religiosa, y sobre cómo ponerse en contacto con el Congreso en apoyo de una legislación que revoque la decisión de la Administración.”
Texto íntegro de la Carta Pastoral
26 de enero de 2012
Estimados hermanos y hermanas en Cristo:
Me dirijo a ustedes con relación a un asunto serio y alarmante que afecta directa y negativamente a la Iglesia en los Estados Unidos, y que atenta contra el derecho fundamental a la libertad religiosa de todos los ciudadanos de cualquier fe. El gobierno federal, que pretende ser “de, por y para el pueblo”, acaba de asestar un duro golpe a casi una cuarta parte de esas personas—la población católica—y a millones más de personas a quienes los fieles católicos proporcionan sus servicios. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos anunció la semana pasada que casi todos los empleadores, incluyendo las instituciones católicas, serán obligados a ofrecer a sus empleados cobertura médica y de salud que incluya la esterilización, drogas que inducen abortos y anticonceptivos. Casi todas las entidades que ofrecen seguro médico a sus empleados serán forzadas a incluir esos “servicios” en sus pólizas de seguro médico. Y casi todas las personas estarán obligadas a comprar esa cobertura como parte de su póliza. Con esta decisión, la Administración ha dejado de lado la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, negando a los católicos la primera y más fundamental libertad de nuestra Nación, la libertad religiosa. Como resultado, y a menos que la regulación sea revocada, nosotros los católicos nos veremos obligados a violar nuestras conciencias o a dejar de ofrecer seguro médico y de salud a nuestros empleados (y a sufrir sanciones económicas por hacerlo). La única concesión que hizo la Administración fue dar a nuestras instituciones un año para acatar la orden legislativa.
No podemos—y no lo haremos—cumplir con esta ley injusta. No se puede hacer a las personas de fe ciudadanos de segunda clase. Ya se han unido a nosotros hermanas y hermanos de todas las religiones y muchas otras personas de buena voluntad en este importante esfuerzo para recuperar nuestra libertad religiosa. Nuestros padres y abuelos no llegaron a estas costas para que después de ayudar a construir las ciudades y pueblos de los Estados Unidos, su infraestructura y sus instituciones, sus empresas y su cultura, sólo para que sus descendientes sean despojados de los derechos otorgados por Dios. En generaciones pasadas, la Iglesia siempre ha contado con los fieles para defender y proteger sus sagrados derechos y obligaciones. Espero y confío que pueda contar con esta generación de católicos para hacer lo mismo. Nuestros hijos y nietos no merecen nada menos.
Y, por lo tanto, les pido dos cosas. La primera, que como comunidad de fe, debemos comprometernos a orar y ayunar para que la sabiduría y la justicia prevalezcan, y la libertad religiosa pueda ser restaurada. Sin Dios, no podemos hacer nada; con Dios, nada es imposible. En segundo lugar, les recomiendo que visiten la página web: www.usccb.org/conscience, para informarse mejor sobre este asalto grave a la libertad religiosa, y sobre cómo ponerse en contacto con el Congreso en apoyo de una legislación que revoque la decisión de la Administración.
Atentamente en Cristo,
Reverendísimo Monseñor Thomas Wenski
Arzobispo de Miami