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Noviembre, un mes para orar por los fieles difuntos

Misas por los Difuntos

Querid@ amig@ de San Antonio:

Comienza el mes de noviembre y la Iglesia lo dedica a recordar de forma especial la memoria de los fieles difuntos. Por eso instituyó la fiesta de Todos los Santos, el día 1, y luego a continuación, la de los fieles difuntos, el día 2.

Ambos días son una ocasión privilegiada para unirse espiritualmente en Cristo con aquellos difuntos familiares, amigos, conocidos o no que -estando en el Purgatorio- precisan de la ayuda espiritual: mediante la oración espontánea, el rezo del rosario, actos de sacrificio o caridad como reparación, y en particular ofreciendo intenciones por ellos (por el perdón de sus pecados) en la Eucaristía.

La comunión con Dios que se proyecta hacia la eternidad ha sido advertida también en reiteradas ocasiones por el Papa Francisco. “Dios siempre buscará al hombre para restaurar con él una unión que perdura también después de la muerte”, afirmó el Pontífice en la homilía del 4 de noviembre del año 2013.

Tú sabes que el dolor por los seres queridos, que ya no están contigo, no desaparece por completo, aunque haya pasado mucho tiempo. Viven en tu recuerdo y esperas el reencuentro con ellos.

Por eso quiero invitarte a que les incluyas en la serie de 30 MISAS, una cada día, que EL PAN DE LOS POBRES ha encargado celebrar durante el mes de Noviembre en la Iglesia de San Antonio, en Lisboa.

La Santa Misa es el medio más eficaz para rescatar las benditas almas del Purgatorio. Tus seres queridos te lo están suplicando. Recuérdalos cristianamente.

Además, ten en cuenta que si ellos ya hubieran alcanzado la gloria eterna, y gozan de la visión de Dios, tus oraciones redimirán a otros de los que nadie se acuerda.

Es muy sencillo, pero debes hacerlo ya:
—Escribe el nombre de tus familiares o amigos (haz clik aquí). 
—Puedes incluir también tus peticiones a San Antonio. 

El nombre de tus familiares y amigos permanecerá junto al altar, en la estancia convertida en capilla, donde se cree nació el Santo.

¡San Antonio, que goza de tanto poder junto a la Santísima Virgen, no hará oídos sordos a tus súplicas!