Conduciendo media hora por la autopista Real al sur de Amán encontramos Madaba, una ciudad relativamente pequeña que hoy en día alberga a unas 60.000 personas. Esta ciudad, que a lo largo de la historia perteneciera a los moabitas, los nabateos, los romanos, los bizantinos y los omeyas, ahora es el hogar de una de las comunidades cristianas más grandes de toda Jordania, proporcionalmente hablando: tanto católicos y griegos ortodoxos suponen un 10% de la población total de Madaba.
Los arqueólogos afirman que Madaba ha sido habitada desde la Edad del Bronce Medio. De hecho, se menciona dos veces en la Biblia: una en Números 21,30 y otra Josué 13,9. Por entonces la ciudad se encontraba en la misma frontera del imperio moabita. Sin embargo, durante el gobierno romano (y por consiguiente bizantino), perteneció a una provincia árabe más amplia, fundada por Trajano para sustituir al Reino nabateo.
Fue durante aquellos siglos, del II al VII, cuando la comunidad cristiana se estableció en la ciudad. De hecho, se puede encontrar que ‘Medaba’ se menciona como Sede Episcopal en las leyes del Consejo de Calcedonia, en el siglo V.
La iglesia griega ortodoxa de San Jorge en Madaba, Jordania, no es solamente el hogar de algunos de los iconos más hermosos de la región, sino también el lugar donde se encuentra el mapa más intrigante (y revelador) de la Tierra Santa: el conocido como ‘Mapa Madaba’, un intrincado mosaico de suelo fechado en el siglo VI, la representación cartográfica de la Tierra Santa más antigua que se ha preservado hasta hoy día. Cubre la mayor parte de la región, desde Líbano hasta el delta del Nilo, de norte a sur, y desde el mar Mediterráneo al Desierto arábigo, de oeste a este.
En el mapa, hay representadas más de 150 ciudades, aldeas, pueblos y lugares de interés, incluyendo algunos símbolos excepcionalmente intrigantes que, según algunos arqueólogos, representan lugares de peregrinación.
Por ejemplo, el mapa muestra dos peces uno frente a otro. Uno de ellos parece estar nadando de vuelta del mar Muerto, mientras que el otro nada hacia él, en el río Jordán. Pero es bien sabido que los peces no pueden sobrevivir en el mar Muerto (al fin y al cabo, no se le llama mar ‘Muerto’ por capricho). Por tanto, la mayoría de historiadores y arqueólogos interpretan que simboliza un punto de encuentro para cristianos.
El punto marcado en el mapa es Bethabara, ahora conocida como Betania, junto al Jordán, el lugar donde, según la tradición, Elías y Eliseo cruzaron el Jordán (cf. 2 Reyes 2). Teniendo en cuenta que Juan Bautista a menudo es confundido con Elías (en el Evangelio de Mateo, Jesús declara sobre Juan, diciendo “Y si ustedes quieren crearme, él es aquel Elías que debe volver”), este también se considera el lugar donde Juan el Bautista comenzó su misión. Por consiguiente, Bethabara es considerado también el lugar donde Jesús fue bautizado.
Curiosamente, el mapa no está orientado hacia el norte, como los mapas modernos. El mapa mira al este hacia el altar de la iglesia debido a una razón muy concreta: la posición de los lugares en el mapa en sí coincide perfectamente con las direcciones de una brújula real. Es natural pensar que los peregrinos que visitaran esta iglesia se orientarían usando este mapa, para saber adónde deberían marchar si quisieran visitar Jerusalén, Jericó, el monte Nebo, Gedara o el lago de Tiberíades, por mencionar algunos de los destinos representados en el mapa.
Originalmente, el mapa medía 21×7 metros y estaba compuesto por más de dos millones de ‘teselas’ (es decir, las piezas con que se forma un mosaico). Sin embargo, un terremoto destruyó Madaba casi por completo en el siglo VIII y la ciudad fue totalmente abandonada hasta el siglo XIX. En el año 1884, cuando la nueva iglesia de San Jorge estaba siendo construida en el lugar donde antes estuvo la antigua basílica, el mosaico se descubrió de nuevo e incorporó en el nuevo edificio a través del magnífico iconostasio de la iglesia.