Esta advocación de la Virgen tiene el título de patrona de la ciudad de Madrid desde su fundación como Villa, fue coronada canónicamente el 10 de noviembre de 1948 y declarada como única patrona de Madrid en el año 1977 por el Papa Pablo VI.
El origen de la imagen de la Virgen de Santa María la Real de la Almudena llega, según la tradición, hasta los apóstoles y con ella la devoción que siempre ha tenido entre los madrileños, según precisan en la web de la catedral de la Almudena.
La tradición remonta su presencia hasta el Apóstol Santiago, de quien se dice que la trajo a España cuando vino a predicar el Evangelio, también se dice que la pintó San Lucas y la talló Nicodemus, pero esto no ha podido ser comprobado.
Pero si es cierto que la devoción a la Virgen de la Almudena, también llamada “Santa María de la Vega” o “La Concepción Admirable” ha estado entre los madrileños desde siempre.
A comienzos del siglo VIII, ante la inminente invasión de los árabes ocurrida entre los años 711 a 714, los cristianos de la villa escondieron la imagen de la Virgen en el interior de la muralla que rodeaba la ciudad para evitar la profanación de la imagen.
En 1085 cuando el rey Alfonso VI reconquistó Madrid, convocó una procesión encabezada por él mismo, y al llegar junto a la muralla unas piedras se derrumbaron y quedó descubierto el hueco en el que estaba la imagen de la Virgen había sido escondida. La tradición cuenta que tenía dos cirios encendidos. Era el 9 de noviembre del año 1085.
La talla actual de la Virgen de la Almudena es de madera de pino dorada y policromada, y sostiene al Niño en sus brazos y data seguramente de fines del siglo XV o principios del XVI. Esta imagen sustituyó a la anterior que aparece citada en algunas crónicas. Incluso esta última podría haber sustituido a otra anterior que se habría quemado en tiempos de Enrique IV (1425-1474).
Hay constancia de que la imagen de la Virgen permaneció vestida en su iglesia de Santa María desde 1626 hasta 1890. Ese año, el entonces Obispo de Madrid, Mons. Ciriaco Sánchez, decidió que la imagen de la patrona no se vistiera para no estropear la talla. De hecho, fue el prelado quien mandó restaurar la talla actual, que estaba muy dañada, quedando como luce en el presente en su altar de la catedral de la Almudena.
La imagen que sale en procesión es una réplica exacta de la talla que, por motivos de seguridad, no sale nunca a la calle.
En 2015, con motivo del 375 aniversario de la fundación de la congregación de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena, el Cabildo Catedral decidió que la imagen volviera a vestirse para su salida extraordinaria. Tradición que se ha mantenido hasta el momento. En los últimos cuatro años, la imagen de la patrona ha lucido en el día de su fiesta un manto diferente. Todos los mantos se encuentran conservados en el Museo de la Catedral.