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Vuelve la alegría al Tepeyac: 10 historias de devoción a la Virgen de Guadalupe

(DLF).- Luego de un 2020 ensombrecido por la pandemia, volvió al Tepeyac toda la alegría y el fervor guadalupano en este 2021, en que se volvió a escuchar el glorioso arrastre de las pisadas llenas de cansancio de miles y miles de devotos que no quisieron perderse la oportunidad de acudir a la Casita Sagrada de la Virgen de Guadalupe, nuestra Madre Morena, para festejarla en su día.

Otra vez las porras, otra vez los cantos, otra vez las súplicas y los agradecimientos llegaron a raudales al Tepeyac; esta vez detrás de cubrebocas, pero con toda la carga del entusiasmo que dejó la larga espera de los hijos por visitar a la Madre.

Con toda la fe puesta en la Virgen

Mirna no ha podido ver a su hijo autista por razones familiares. Hace dos años visitó a la #VirgenDeGuadalupe para expresarle su deseo de volver a abrazar a su hijo. Cuenta que, al salir de la Villa, un niño autista le salió al paso, extendió sus brazos como lo hacía su niño, y la abrazó. La Virgen -dice- me escuchó. Este año, Mirna volvió a visitar a la Guadalupana para pedirle que le conceda la gracia de ver a su hijo, y confía que así será.

“¿Viene sola?” “No, vengo con la Virgen”

Con cubrebocas y gel antibacterial en mano, Lidia López llegó a la Basílica de Guadalupe después de recorrer 43 km desde el municipio de Chalco hasta el Tepeyac. Salió de su casa desde las 6:00 pm del 10 de diciembre, caminó toda la noche por la carretera, y por fin, a las 2:00 pm de este 11 de diciembre, se encontró con la Virgen de Guadalupe. “Vine a agradecerle porque tenía cáncer. Pero en los últimos estudios que me hicieron ya no tengo.

-¿Viene sola?

-No, vengo con la Virgen”.

La “Peregrinación del Rincón”. ¡Presente nuevamente!

La “Peregrinación del Rincón”, originaria del Barrio del Rincón, en Cholula, Puebla, retomó en este 2021 su visita anual al Tepeyac para poner sus proyectos del año a los pies de la Virgen de Guadalupe. Con alegría y entusiasmo juvenil, celebran diez años de visitar a la Morenita del Tepeyac en su fiesta.

29 años de flores a la Virgen de Guadalupe

Isabel recuerda el nacimiento de su hija hace ya 29 años. “Mi pequeña nació con muchos problemas, le pedí ayuda a mi Madre bendita, y mi hija vivió”. En honor a la Morenita del Tepeyac, Isabel le puso a su pequeña hija el nombre de Guadalupe, y ese mismo año comenzó a peregrinar al santuario guadalupano cada 11 de diciembre. “Llevo ya 29 años peregrinando, y seguiré viniendo a traerle flores hasta que muera”.

Los hijos franceses de la Virgen de Guadalupe

¡Sueño cumplido! Este grupo de franceses viajó por primera vez a México con el único objetivo de visitar a la Virgen de Guadalupe en su día. Aseguran estar impresionados por los colores de nuestro país, por la fe de los peregrinos y por el rostro siempre sonriente de los mexicanos, pero sobre todo por haber visto de cerca la imagen de la Virgen. “¡Amor, es lo que se siente!”, expresó Marie-Louise, una de los turistas.

El tesoro de Esperanza… su esperanza

Esperanza Rodríguez tenía en su casa esta imagen de la Virgen de Guadalupe que -según sus palabras- es una copia fiel de la tilma de san Juan Diego. Hace muchos años se la regalaron a su esposo, pero nunca la habían enmarcado, pues antes querían bendecirla. Hoy ha traído su “tesoro” a los pies de la Virgen de Guadalupe para que ella misma la bendiga con su mirada.

Devoción sobre ruedas

Este grupo de ciclistas rodó por más de seis horas desde Tlaxcala hasta el Tepeyac, para agradecer a la Virgen de Guadalupe su ayuda y protección. “Todos somos amigos y guadalupanos, siempre venimos a visitar a la Virgen”, aseguraron. Su ‘rodada’ es tradición para ellos, solo tuvieron que parar en 2020 debido a la pandemia.

¡Gracias, muchas gracias, Virgen de Guadalupe!

Edgar visitó por tercera ocasión a la Virgen de Guadalupe, para agradecerle que le ayudara a dejar el alcohol. Viene desde Cuatro Vientos, Toluca. Aunque sabe que a la Virgen no le gustan ese tipo de sacrificios, se ponen los nopales en el pecho como una ofrenda por el favor recibido. “Hoy vivo feliz con mi esposa, gracias a la Virgen”, asegura.

Desde que inició la pandemia de Covid-19, Marisela peregrina cada semana al Tepeyac, a fin de pedir a la Virgen de Guadalupe que interceda por todos sus hijos, tanto en México como en el extranjero.