
El Papa Francisco, en su mensaje para la 110ª Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, que se celebrará el 29 de septiembre, destaca que los emigrantes huyen de situaciones de opresión, inseguridad y falta de desarrollo. Asegura que Dios acompaña a los emigrantes como guía y salvación durante su difícil viaje, proporcionando consuelo y esperanza a través de la oración y objetos religiosos como Biblias y rosarios.
El Papa utiliza la metáfora del pueblo de Dios en camino hacia la patria eterna, identificando a Dios no solo como compañero de viaje, sino también presente en los pobres y marginados. Resalta que el encuentro con los emigrantes es un encuentro con Cristo, invitando a reconocer a Jesús en los necesitados.
El mensaje concluye con una oración por los emigrantes, pidiendo que no se conviertan en dueños de la tierra temporal y que sigan caminando hacia la morada eterna. Además, el cardenal Michael Czerny, del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha subrayado la importancia de abordar las causas de la migración forzada y ha instado a ver a los emigrantes como hermanos y hermanas, compartiendo su desesperación y esperanza.