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Ane, la catequista de Bilbao que ha acogido en su casa a dos mujeres de Ucrania: "Me veo reflejada en ellas"

Ane Ocio es una catequista de San Vicente, en Bilbao, que se acaba de jubilar. Al independizarse su hijo mayor, le ha quedado una habitación libre en su casa. Y no se lo ha pensado dos veces recordando como sus tíos se tuvieron que ir a Francia como refugiados o como sus padres que salieron de Bilbao a Zalla por la guerra.

Ane creyó que debía hacer algo ante el drama de la guerra de Ucrania. Y así, su casa se ha convertido en “hogar de acogida”. Tras contactar con la asociación Euskadi-Ucrania, enseguida se pusieron en contacto con ella para acoger a dos mujeres, amigas. Alona, 61 años, y Nina, 64 años.

Las dos nacieron en Rusia: Alona es viuda y tiene un hijo de 36 años en Ucrania. Fue a estudiar filologia en Járkov y se quedó allí a vivir hace 44 alos; Nina quedó huérfana de madre siendo muy joven y tuvo que trabajar mucho para salir adelante. Estaba ya jubilada y tuvieron que huir las dos del horror de la guerra.

Ecclesia ha podido hablar con Ane sobre la acogida a estas dos mujeres que han huido de algo que hace algunos meses, quizás ni se lo imaginaban.

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1 – Ane, ¿cuál fue el momento en el que creíste que tenías que hacer algo respecto a los refugiados que venían de Ucrania?

Empiezan a llegar las primeras noticias de lo que estaba pasando allí y me vino a la cabeza lo que había oído contar a mis padres de la guerra, de cómo tuvieron que salir ellos también de Bilbao, de mis tíos que se tuvieron que ir a Francia... En ese momento me acababa de jubilar, tengo un hijo fuera de casa, una habitación vacía y fue inmediato pensar que había que hacer algo por esta gente y en ese momento yo lo podía de hacer de una forma más directa.

2 – Y entonces te pones en contacto la asociación Euskadi-Ucrania, ¿fueron rápidos los tramites?

A través de grupos de WhatsApp, gente de la parroquia nos pasó el contacto de esta asociación y la verdad que fue todo muy sencillo. Me mandaron un formulario para rellenar y al cabo de una semana me contestaron que venía un grupo y si podía acoger a unas mujeres.

La verdad que siempre pensé en acoger a niños que son lo que más necesitan ayuda, y cuando me dijeron dos mujeres adultas me chocó. Resulta que son dos mujeres de 61 y 64 años, y me veo muy reflejada en ellas. Tienen mi misma edad y en el día a día pienso en si yo estuviera en su lugar, que estaría viviendo y es terrible. A esta edad de repente tener que dejarlo todo, una vino con maleta y la otra pudo sacar justo su documentación. Ambas son creyentes y tienen una tablilla con la imagen de Jesucristo.
 

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3 - ¿Cómo fue el primer momento cuando vista a estas dos mujeres entrar en tu casa?

En el primer momento, venían con caras de mucho frío y de mucho miedo por todo lo que estaban viviendo. Luego yo creo que enseguida cuando vieron que les acogían bien se fueron relajando y hubo un cambio hasta físico en su cara y en sus expresiones. Han estado muy apoyadas por la asociación desde el principio y eso ha sido muy importante para ellas.

Venir a un sitio donde no conoces el idioma y hasta la escritura es distinta. Nos entendemos un poco con los traductores de Google y con algo de inglés, pero sobre todo al principio es fundamental que tengan alguna actividad, algo para salir de casa y relacionarse con la gente.

Después de este primer momento de acogida, ahora es el momento cuando ellas se empiezan a plantear su futuro y es todo muy duro.

4 – ¿Se tiene la sensación al hablar con ellas que de verdad lo han perdido todo?

Cuando hablo con ellas, la verdad es que hay temas que ni podemos hablar. Ellas no quieren dar pena, están muy agradecidas y solamente quieren ofrecer su mejor versión, ayudar y corresponder.

Van a sus clases de castellano y creo que lo más importante es que aprendan el idioma. Pero también para ellas se les hace durísimo, porque ni tienen ni edad ni cabeza para eso y se están empezando a enfrentar a las primeras dificultades. No tienen nada detrás ni tiene nada delante.

 
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5 - ¿Cómo era la vida de estas dos mujeres en Ucrania?

Las dos son nacidas en la zona rusa y ambas tienen familiares en Rusia y en Ucrania. Los familiares rusos les dicen que no les creen y te lo dicen casi llorando.

Y las dos tienen allí en este momento familiares en Ucrania, una tiene un hijo con su pareja, pero viven en una zona relativamente tranquila que no está sufriendo directamente a la guerra. La otra tiene familiares en Járkov y lo están pasando muy mal.

6 - Ane, ¿hasta ahora cuál ha sido la mayor sorpresa viviendo con estas dos mujeres?

La mayor sorpresa es pensar en acoger a unos niños, y de repente acoger a alguien en la que te ves tu misma reflejada. Pero, por otro lado, una cosa que me sorprende todos los días es que, a pesar de todas las dificultades, lo valientes que son y se levantan cada día con ilusión de algo y con ganas de ayudar intentando buscarse su futuro. Me parece terrible vivir con esa incertidumbre, y con esa edad. Han pasado de vivir bien en Ucrania a ser refugiadas.

El primer día que vino una de ellas, la que vino sin maletas y solamente con su documentación. Le dejaron en la asociación un chándal y ropa nueva, pero ella se miraba a sí misma y no se reconocía. No tienes nada tuyo.