En el transcurso de los siglos, San Antonio de Padua ha sido representado por pintores y escultores de maneras muy distintas. ¿Hasta qué punto podemos fiarnos de estas? Probablemente poco, porque las interpretaciones de los artistas estaban condicionadas por la sensibilidad de sus respectivas épocas, por la orientación hagiográfica y por la demanda del público.
La imagen que teníamos de San Antonio de Padua, representado con una figura delgada con el Niño Jesús en brazos, cambia así por completo tras el resultado de un proyecto que combinó tecnología, arqueología y tradición.
San Antonio de Padua, uno de los Santos más venerados entre los católicos, resulta que tenía un rostro con cara redonda y mofletuda, ojos profundos y nariz aplastada, según la reconstrucción en tres dimensiones hecha por expertos italianos y brasileños en 2014.
La operación, llevada a cabo por el Museo de Antropología de la Universidad de Padua, con la contribución fundamental del Centro de Estudios Antonianos, involucró a Cicero Moraes, diseñador 3D, famoso por sus reconstrucciones faciales en el ámbito arqueológico y colaborador del Laboratorio de Antropología y Odontología Forense de la Universidad de Sao Paolo (Brasil).
Considerando el rígido tenor de vida de San Antonio, la aspereza de la penitencia y su extenuante actividad como confesor y predicador, podríamos también pensar que tenía una robusta constitución física, pero sin embargo murió joven. Probablemente, los males contraídos en Marruecos no lo abandonaron nunca del todo, y tal vez deba buscarse allí la razón de su última enfermedad y hasta de su misma muerte.
Este video muestra el momento en que se devela la escultura impresa en 3D del santo:
