Tras las elecciones europeas, el papa Francisco instó a los políticos a utilizar su autoridad para servir a todos, especialmente a los más débiles. En un discurso en el Capitolio, con el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, presente, Francisco anunció que abrirá una Puerta Santa en una cárcel para el Jubileo de 2025, subrayando la importancia de atender a los excluidos.
Francisco destacó cómo la civilización romana se enriqueció con los valores del Evangelio, lo que llevó a transformaciones como la abolición de la esclavitud. Alertó sobre la posibilidad de que las sociedades modernas también tengan elementos culturales que marginen a ciertas personas, comprometiendo su dignidad humana.
Recordó la transición de la Roma de los Césares a la Roma de los Papas y mencionó la necesidad de colaboración mutua entre la Iglesia y el Estado, más allá de aportaciones económicas, para el próximo Jubileo. En este contexto, llamó al alcalde a preparar la ciudad para recibir a peregrinos y turistas, subrayando que Roma debe ser una ciudad al servicio de la caridad y la hospitalidad, tanto para los visitantes como para los más pobres.
