El patriarca ha asegurado que el camino a seguir es el de «aprender las lecciones de la historia», y posiblemente apoyar a las fuerzas armadas regulares. De esa manera ha tomado distancia de forma clara y definitiva de los grupos que en las comunidades cristianas sirias, asirias y caldeas apoyan la necesidad de defender sus derechos comunitarios y luchar contra las fuerzas yihadistas a través de la formación de grupos armados organizados sobre una base confesional.
En un mensaje más amplio a todos los caldeos, difundido a través de los canales oficiales del Patriarcado, el primado de la Iglesia caldea dice claramente que esas milicias sectarias en realidad están «patrocinadas y apoyadas por los mismos poderes que desencadenaron el conflicto», mientras que la única solución eficaz y legítima - dice el Patriarca en su discurso, recibido en la Agencia Fides - es alistarse en las fuerzas armadas regulares, como el ejército iraquí o el que pertenece a la región autónoma del Kurdistán iraquí, para «trabajar con ellos en la liberación de las tierras ocupadas.
Nosotros - continua el Primado de la iglesia caldea «tenemos que darnos cuenta de que nuestro destino está ligado al de todos los iraquíes, y esta es la única manera de asegurar nuestro futuro juntos, donde los chiíes están llamados a ofrecer su propia vida junto con los kurdos, sunitas, cristianos y turcomanos».
En el mismo discurso, el Patriarca caldeo define el extremismo islámico que está sacudiendo los escenarios de Oriente Medio como un fenómeno «anómalo y políticamente controlado a distancia» y repite con fuerza su certeza de que «nada va a expulsar al cristianismo de Oriente Medio, a pesar de las dificultades, mientras habrá cristianos decididos a permanecer en su tierra natal, orgullosa de su identidad y misión en esta parte del mundo».