La presentación fue dirigida por Mons. Vicenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia y el Arzobispo de Dublín, Mons. Diarmuid Martin.
Mons. Paglia apuntó en su intervención la importancia de que estos Encuentros regresen ahora a Europa, continente donde la familia sufre agudamente, constituyéndose una oportunidad para que que "todos los estamentos -civiles, sociales, religiosos, políticos, económicos- vuelvan a descubrir su centralidad y su fuerza de ser el primer lugar de la coexistencia pacífica entre personas diferentes".
A su vez, el arzobispo de Dublín afirmó que el encuentro será un acontecimiento significativo para la Iglesia en Irlanda y para las familias irlandesas. "Irlanda -a pesar de lo que muchos pueden pensar- tiene una fuerte cultura de la familia" -precisó. Es un país joven. El 21,6% de la población tiene menos de 15 años de edad mientras el 16,9% son mayores de 60 años.
"Es clave -precisó el arzobispo Martin- que la Iglesia y la sociedad se comprometan a que las familias puedan experimentar más plenamente la alegría, a través de adecuadas medidas políticas, sociales y económicas que las ayuden y contribuyan a eliminar las cargas a las que se enfrentan. La esperanza es que el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín sea una celebración del testimonio del amor de Dios revelado en Jesucristo. La vocación de las parejas cristianas, sostenida por el sacramento del matrimonio, es un llamado a dar testimonio de ese amor y de experimentar la alegría que viene de compartir el amor de Jesús con cuantos atraviesan por dificultades”.
