La festividad de Nuestra Señora del Carmen fue instaurada por los carmelitas en el año 1380, en memoria del final de las oposiciones a su orden y a la visión de San Simón Stock el 16 de julio de 1251, visión en la que la Virgen María le entregó a Simón Stock el escapulario.
En 1587, el Papa Sixto V extendió esta fecha a todo el Carmen, ramas femeninas y masculinas. En 1726, Benedicto XIII la extiende al calendario romano.
En cuanto a las apariciones de la Virgen en Lourdes, concluyeron el 16 de julio de 1858, fiesta de Nuestra Señora del Carmen. Ese día nos dice Bernardita, la aparición fue silenciosa siendo más hermosa que nunca. Ella que es la Reina y la belleza del Carmen, la Virgen del silencio y de la contemplación coronaba la serie de 18 apariciones en recuerdo de su presencia en la Orden del Carmen.
De forma parecida, María escoge durante su última aparición a los pastorcitos de Fátima, el 13 de octubre de 1917, manifestarse bajo el aspecto de Nuestra Señora del Carmen, es decir el de la Virgen con el escapulario.
