
Rosa Roccuzzo nació en Monterosso Almo en 1882. Quedó huérfana a los 14 años y decidió dedicarse a los necesitados, cuidando a niños y ancianos enfermos y abandonados. Desde 1896, se destacó por su servicio en un contexto de hambre y pobreza, llevando a cabo acciones como lavar ropa y regalar sábanas. Con valentía y fe, Rosa involucró a otras jóvenes, fundando la Congregación de las Hermanas Ursulinas de la Sagrada Familia, donde vivió hasta su muerte en 1956.
La Congregación sigue su misión de evangelización y promoción integral, con presencia en Italia, Brasil y Francia. En Brasil, desde 1967, han trabajado en las zonas más pobres, fundando el centro social "Nascente de Vida" en Mogi das Cruzes, que atiende a niños y adolescentes en riesgo social. Las Hermanas también trabajan con las familias, ofreciendo cursos para mejorar sus habilidades y oportunidades de ingresos.
El carisma de Sor Rosa, basado en la vida interior y el servicio a los pobres, sigue vivo en cada Hermana Ursulina. Ellas continúan su legado de ayuda a los necesitados, siguiendo su ejemplo de fe y servicio humilde en la comunidad, haciendo el bien y promoviendo una sociedad más justa.