Tras aceptar aceptar la renuncia de Federico Lombardi como portavoz vaticano (2006-2016), el Papa Francisco ha nombrado Director de la Sala de Prensa Vaticana al periodista estadounidense Greg Burke y Vicedirectora a la corresponsal española Paloma García Ovejero.
Hablar en nombre del líder espiritual de 1.200 millones de personas de todas las razas y culturas es un desafío mucho mayor que ser portavoz de la Casa Blanca o de cualquier jefe de Estado.
La complejidad de los temas y la variedad de situaciones son infinitamente mayores y, además, es necesario presentar todo con sencillez. Y con eficacia, utilizando recursos económicos y de personal muy limitados.
El portavoz y la viceportavoz del Papa tienen que estar atentos a mil registros y a mil asuntos que se desarrollan en todo el planeta. Es un trabajo 24 x 7 ya que mientras la mitad del mundo duerme, la otra mitad trabaja.
Y el Papa Francisco no es un jefe cualquiera. Se levanta cada día a las cuatro y media de la mañana y mira enseguida los «cifrados», como se sigue llamando a los mensajes de las nunciaturas. Han llegado por la noche de países en crisis como Venezuela, países complejos como la India, o países en guerra como Siria y muchos otros.
Además de hablar en nombre del Papa, la Oficina de Prensa de la Santa Sede responde a preguntas de cientos de periodistas acreditados en el Vaticano o de centenares de medios de comunicación que la contactan directamente porque no tienen corresponsal.
Es una oficina cada vez más internacional, pero siempre centrada en la veracidad. A diferencia de las oficinas de prensa de gobiernos, partidos políticos o empresas, la del Vaticano debe explicar los hechos sin manipular, y teniendo en cuenta sensibilidades opuestas ya que, por ejemplo, hay católicos tanto en Ucrania como en Rusia.
Con Greg Burke, la Oficina hablará mucho más en inglés para Estados Unidos y el mundo anglosajón. Con Paloma, en español par la mitad de los católicos del planeta.