«Espero que el ícono viaje a bordo de la nave que celebrará el 50 aniversario del primer lanzamiento de un hombre al espacio», había dicho el líder religioso, refiriéndose a la misión de la Soyuz TMA-24 que habría despegado hacia la Estación Espacial Internacional (ISS), el 30 de Marzo y que estuvo dedicada a la mítica figura del astronauta ruso Gagarin. El Patriarca había añadido que «además de sus complejos e importantes deberes, llevarán a cabo también una misión espiritual con el ícono».
El 6 de Noviembre, como indicaba la agencia Asia News, mientras todo el mundo celebraba la llegada del nuevo equipo de astronautas a la ISS, detrás de los viajeros espaciales que contaban sus experiencias, se veían dos imágenes muy claras: la del primer hombre en el espacio, Gagarin, y la de la Virgen de Kazán.
La imagen de la Virgen María había viajado, también en 2009, en la Soyuz TMA-16 y llegó a la ISS.
Antes de despegar, la nave espacial fue bendecida, en el cosmódromo de Baiknour (Kazajistán), por un sacerdote ortodoxo. Actualmente, en la ISS hay un equipo de astronautas formado por: tres rusos, dos estadounidenses y un japonés.
En aquel primer viaje (12-4-1961), Gagarin, al contemplar maravillado el cielo, exclamó: «Aquí no veo a ningún Dios». No deja de ser una «ironía del destino» que la nave que rememora aquel viaje partiese con la bendición de la nave y que el Patriarca dijera: «además de sus complejos e importantes deberes, llevarán a cabo también una misión espiritual con el ícono»
Cincuenta años después de aquella salvaje época socialista que intentó erradicar a Dios de la mente y corazones, Nuestra Madre les acompaña en el camino.