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“No necesito tener un master en economía para ser feliz”. Reflexiones de un pescador

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«Eliot Rausch, autor de este cortometraje, es un cineasta norteamericano que ha trabajado con organizaciones y empresas como Google, Apple, Nike, Under Armour, Vans, Samsung, Cruz Roja, Starbucks, entre otras. El lema que aparece en su página web es: Las relaciones son más importantes que los logros”, define en gran parte su trabajo como artista y es una clave de lectura para el video que presentamos.

En este film vemos a un señor de la ciudad metido en medio de un puerto de pescadores. Muchas preguntas deben recorrer su cabeza: “¿Cómo pueden vivir haciendo eso? ¿No podrían trabajar menos y que les rinda más? ¿No podrían trabajar más para que les rinda aún más? …” Recorre un poco lugar, hasta que encuentra a un pescador que recién llega de pescar. Y comienza el diálogo central de la historia.

Este señor le propone al pescador utilizar el tiempo libre que tiene (que lo utiliza para dormir, estar con su familia y compartir con los amigos en su pequeño pueblo costero), para crear una gran empresa de pesca. El esfuerzo le tomaría unos 15 o 20 años de duro esfuerzo para que cuando su empresa sea un éxito la venda y se haga millonario. Todo para que teniendo muchísimo dinero, se pueda retirar y pueda compartir con los amigos, estar con su familia y tener tiempo para dormir.

La respuesta del pescador es genial. Después de preguntarle los porqués, después de buscar explicaciones a la propuesta, sencillamente deja al señor hablando solo. Y esto demostró lo que estaba de fondo: el señor no entendió nada de lo que pasaba en la vida de los pescadores porque sus criterios no son capaces de tocar el fondo y el sentido de sus vidas. Y creo que le muestra también que su propia vida no tiene mucho sentido.

¿Qué cosas son más importantes: los logros o las relaciones? Muchas veces podemos hacer cosas muy valiosas, como trabajar o estudiar por las razones equivocadas, o incluso sin razón aparente.

El sentido del trabajo del pescador era poder mantener a su familia. Es decir, poder subsistir para vivir con ellos, compartir, tener momentos agradables. En el fondo, la motivación era el amor a los suyosPara él la vida era sencilla, no porque no tenga preocupaciones, sino porque las razones de las cosas eran claras. Sin embargo, para el empresario la vida era compleja: estaba compuesta por volúmenes de ventas, acciones, mercados, estrategias, retail; todo esto con un sentido en sí mismo: el de hacer dinero por hacer dinero.

Y creo que esto nos puede llevar a preguntarnos por el sentido de las cosas que hacemos. ¿Tienen acaso un sentido en sí mismo o un sentido para los demás? ¿Qué cosas son más importantes: los logros o las relaciones? Muchas veces podemos hacer cosas muy valiosas, como trabajar o estudiar por las razones equivocadas, o incluso sin razón aparente.

Te propongo que te hagas las preguntas que formuló el sencillo pescador sobre las cosas que haces: ¿Tanto esfuerzo, por qué?; ¿y después qué?.

De la respuesta a estas preguntas depende el sentido de las cosas que hacemos, por lo tanto, el sentido de nuestra vida.