La Arquidiócesis de Guayaquil, apoyada por la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), lleva a cabo un exitoso programa pastoral penitenciario que ha logrado evangelizar a los presos en Ecuador. Este ministerio, compuesto por más de cien personas entre obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, trabaja en medio de una crisis carcelaria caracterizada por motines, violencia y asesinatos.
Aleida Mejía, una misionera laica, explicó que su misión es llevar la palabra de Dios a lugares difíciles debido a la escasez de misioneros. Desde 2023, la situación en Ecuador se ha deteriorado, con un aumento del 69.31% en homicidios. En abril de 2024, el presidente Daniel Noboa decretó un segundo estado de emergencia para combatir la inseguridad, lo que complicó el trabajo de los misioneros debido a la intervención militar en las prisiones.
ACN apoya un programa para formar más misioneros laicos y acondicionar ocho capillas, ya que el número de trabajadores es insuficiente para los más de 12,000 presos en cinco prisiones. Aleida mencionó los desafíos de acceso y la actitud negativa de las autoridades penitenciarias hacia su misión, pero resaltó que su trabajo "vale la pena" porque Jesús llama a amar a todos, incluso a los presos.
Los grupos criminales reclutan a jóvenes en las cárceles, quienes fácilmente caen en la delincuencia al no ver una vida recta posible. María Cristina Santacruz, coordinadora de la pastoral carcelaria en Guayaquil, subrayó que el desafío es amar a los menos amados y despreciados. A pesar de la falta de apoyo social, han visto conversiones genuinas a través de misas, talleres y cursos sobre valores cristianos.
La pastoral también ofrece apoyo a las familias de los reclusos y cursos de formación para que puedan ganarse la vida honestamente al salir. Aleida y María Cristina pidieron a los católicos seguir rezando por esta misión y agradecieron a quienes colaboran con este apostolado, creyendo en la misión de liberar almas.
