En mayo, los combates en Ucrania se intensificaron significativamente, con un aumento del 31% en las muertes civiles, alcanzando 174, el nivel más alto en casi un año. Este incremento se debe a los ataques con cohetes y bombas en la región de Kharkiv, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Durante la noche del 8 de junio, al menos nueve drones rusos fueron derribados en varias regiones de Ucrania.
En Kherson, el gobernador prorruso Vladimir Saldo reportó un ataque ucraniano con misiles en el pueblo de Sadovoe, que causó 22 muertos y 15 heridos, impactando una tienda llena de visitantes y personal. Otro ataque ucraniano golpeó la ciudad de Lugansk, también bajo control ruso.
En el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el presidente ruso Vladimir Putin aseguró que no es necesario usar armas nucleares para vencer en Ucrania, aunque su uso facilitaría la victoria. Putin presentó un nuevo modelo económico para Rusia, destacando nuevas alianzas y proyectos, mientras acusaba al mundo occidental de perder su hegemonía. En contraste, el presidente estadounidense Joe Biden, durante el 80 aniversario del desembarco de Normandía, enfatizó la necesidad de frenar a Putin.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky visitó Francia para las celebraciones del desembarco de Normandía y expresó esperanza en que la cumbre de paz en Suiza avance hacia el fin de la guerra. El presidente francés Emmanuel Macron apoyó iniciar negociaciones para la adhesión de Ucrania a la UE a finales de mes, tras el estatus de candidato otorgado a Kiev en junio de 2022.