Son famosas en España las romerías al Rocío, a la Virgen de las Cortes, en Alcaraz, a Santa María de la Cabeza, en Andújar, o a Guadalupe, en Extremadura, o en Tenerife a la Virgen de la Candelaria, en Valencia a los Desamparados, en Cataluña a Montserrat o la Merced, en Asturias a Covadonga... y un sinfín de ermitas y santuarios.
Ir de romería es una práctica piadosa, agradable y muy fácil de hacer. Se trata simplemente de escoger un templo dedicado a la Virgen, o a un santo, no tiene por qué estar lejos, y encaminarse hacia él, con espíritu de oración para pedir o agradecer algo. Y se puede realizar en cualquier momento, sin necesidad de ajustarse a las fechas oficiales de la festividad del lugar.
La costumbre es recorrer un trecho a pie, y en compañía de alguien. Puede terminar siendo, casi, un paseo. Lo que le da el sentido de romería es el espíritu penitencial o de oración. La romería nos recuerda que la vida es “un camino” para alcanzar el Cielo.
La primavera, con sus aromas de flores frescas, su clima templado y sus días luminosos, es el tiempo ideal para ir de romería. Quedar con alguien para ir rezando el rosario, por ejemplo, hasta una ermita y después premiarte con un aperitivo o merienda, es un plan perfecto para esta época del año.