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El Santo Cáliz de Valencia

Detalle de -La Santa Cena- de Juan de Juanes (1560), con el Cáliz de la Catedral de Valencia (Museo del Prado)

Los evangelios nos dicen que Jesús celebró el rito pascual en una sala decorosa, amueblada con divanes (Mc 14, 15) ¿Extrañaría que la familia que lo acogió no pusiese ante el Señor su más preciosa copa familiar para que pronunciase las bendiciones rituales?

Sin duda alguna, los Apóstoles y los primeros cristianos pudieron identificar el vaso de la primera Eucaristía y conservarlo a pesar de su fragilidad.

Engañosa apariencia

En una primera impresión el Santo Cáliz de Valencia suscita a la vez sensaciones de admiración y escepticismo. El visitante se siente primero cautivado por la belleza del Grial, su forma perfecta y extraña, los detalles de oro y las perlas y piedras preciosas. Pero, al tiempo, le vienen a la mente las leyendas fantasiosas difundidas en el cine y la literatura. Además, ¿cómo puede ser ese cáliz de apariencia medieval la copa de la última Cena?

En realidad, la reliquia es la parte superior, que es una taza de ágata finamente pulida, que muestra vetas de colores cálidos cuando refracta la luz; es una preciosa “copa alejandrina” que los arqueólogos consideran de origen oriental y de los años 100 al 50 antes de Cristo. Ésta es la conclusión del estudio efectuado por el profesor Antonio Beltrán y publicado en 1960, nunca refutado.

Mucho más posteriores son las asas y el pie de oro finamente grabado, que encierra una copa o “naveta” de alabastro, de arte islámico, diferente a la copa; todo ello, lo mismo que las joyas que adornan la base son de época medieval. Las dimensiones son modestas: 17 cm. de altura, 9 cm. de anchura de la copa y 14,5 x 9,7 cm. que tiene la base elíptica.

Al intentar limpiar la copa invertida que sirve de base a la preciosa reliquia, el profesor Antonio Beltrán hizo, al tacto, el sensacional descubrimiento de una escritura en su lado derecho. Parecía ser árabe en escritura cúfica y vendría a significar “para el que reluce”, induciéndole a pensar se pudiera tratar de una pieza de las ricas vajillas del palacio que Almanzor mandó construir para su recreo en Córdoba. Sin embargo, el catedrático de Diseño Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia, Gabriel Songel, en 2014, después de estudiar la escritura detalladamente, se inclina a pensar que se trata de grafismo hebreo y no árabe, y representarían las palabras “Yoshua Yahwé” (Jesús es Dios).

En cualquier caso, está claro que el conjunto del cáliz debió de ser montado entre los siglos XII y XIII, bajo la copa palestina de ágata del siglo I a.C. que vemos en su parte superior.

La tradición

La tradición nos dice que fue llevada a Roma por San Pedro y conservada allí por los Papas sucesores hasta San Sixto II (257 a 258), quien, para salvarla de la persecución del emperador Valeriano y de la amenaza de los bárbaros, la entregó a su diácono San Lorenzo, oriundo de España, que la envió a su tierra natal de Huesca, en el siglo III.

Durante la invasión musulmana, a partir del año 713, fue ocultado en la región del Pirineo, pasando por Yebra, Siresa, Santa María de Sasabe (hoy San Adrían), Bailio y, finalmente, en el monasterio de san Juan de la Peña (Huesca), donde puede referirse a él un documento del año 1071 que menciona un precioso cáliz de piedra.

La reliquia fue entregada en el año 1399 al Rey de Aragón, Martín el Humano que lo tuvo en el palacio real de La Aljafería de Zaragoza y luego, hasta su muerte, en el Real de Barcelona en 1410, mencionándose el Santo Cáliz en el inventario de sus bienes, donde se describe la historia del sagrado vaso. Hacia 1424, el segundo sucesor de Don Martín, el Rey Alfonso V el Magnánimo llevó el relicario real al palacio de Valencia, y con motivo de la estancia de este Rey en Nápoles, fue entregado con las demás regias reliquias a la Catedral de Valencia en el año 1437.

Las Leyendas del Grial

El tema de la búsqueda del Grial, objeto maravilloso y fuente de vida, es fundamental en la literatura medieval franco-germánica, y su origen está sobre todo en las obras de Chretien de Troyes, que dejó inacabada hacia 1190 su obra Perceval o el Cuento del Graal; en el que no se explica cuál es la naturaleza de esta joya. Fue Wolfram, el “príncipe de los trovadores”, quien le dio forma de cáliz en su poema “Perceval el Galés”.

Recientes investigadores, sitúan el origen de estas leyendas en España y sobre la base del Cáliz de ágata de San Juan de la Peña, fuente de inspiración para las grandes obras poético-musicales de Wagner “Tannhäuser”, “Parsifal” y “Lohengrin”.

Su autenticidad frente a otros supuestos cálices del Señor

Entré las nuevas pruebas de la autenticidad de la reliquia presentadas durante el Congreso, se encuentran unos frescos medievales de la Virgen con el Santo Grial, “únicos por su iconografía”, encontrados en iglesias pirenaicas que “podrían tener relación con la estancia del Santo Cáliz en aquellas tierras”, según el profesor de Historia del Arte Vicent Zuriaga.

Según el experto en heráldica José Luis Sampedro, el resto de reliquias que “pretenden presentarse como la copa que empleó Jesús carecen de credibilidad, porque no tienen apoyo documental de ninguna fuente mínimamente rigurosa”. Entre otras copas, citó el Cáliz de Antioquía, que se encuentra en el Metropitan Museum de Nueva York, el Sacro Cátino de Génova, el Santo Cáliz de Cebreiro (Pontevedra), la patena que se conserva en el Palacio Imperial de Viena o el Cáliz de Doña Urraca (del siglo XI) de la Colegiata de San Isidoro de León.

Expuesto a la veneración

El Santo Cáliz permanece expuesto a la veneración en su preciosa capilla, la antigua sala capitular del siglo XIV, mandada edificar por Vidal de Blanes, Obispo de Valencia, por los años 1356 a 1369, con la finalidad de servir de Aula Capitular y Cátedra de Teología. En ella también tuvieron lugar varias Cortes Reales.

La sagrada reliquia se traslada hasta el altar mayor en la celebración de los oficios del Jueves Santo, haciendo las veces de sagrario en el monumento.

El Papa Juan XXIII concedió indulgencia plenaria en el día de su fiesta anual, el último jueves del mes de octubre, en el que también es venerada en el altar mayor de la Catedral. Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI celebraron la Santa Misa con él en sus visitas a Valencia.

Datos útiles:

– Capilla del Santo Cáliz (Catedral).
Horarios fuera de la visita turística:
Laborables: 17:30 h. a 20:00h
Domingos: 10 h. a 13 h. y 17 h. a 20 h.

Para saber más:

1) “Estudio sobre el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia”, Antonio Beltrán. Valencia 1969.
2) Resumen de las ponencias del I Congreso Internacional “Valencia la Ciudad del Santo Grial” celebrado en noviembre de 2008:

http://www.archivalencia.org/contenido.php?pad=6&modulo=37&id=2027&dia=20081108&v=34