A la muerte de su padre, Alfonso IX, rey de León, en 1230, los partidarios de Fernando no respetaron su testamento, reivindicando el trono de León, que el rey, su padre, había legado a Sancha y Dulce, hijas de su matrimonio con Teresa de Portugal. Tras una reunión entre las dos reinas consortes, Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla, se firmó la Concordia de Benavente, en la que se declara la inviabilidad del testamento de Alfonso IX traspasando la corona de León a Fernando a cambio de una compensación económica a Dulce y Sancha, que incluía la cesión de tierras que se reincorporarían a Castilla cuando estas murieran.
Posteriormente las fuerzas reales se adueñaron de la campiña cordobesa y se apoderaron de la capital, Córdoba, en 1236 y en 1240 se apoderó de Lucena. En 1243, el rey de la taifa de Murcia se sometió a vasallaje y poco después su hijo, el infante Alfonso, ocupó el reino murciano de forma pacífica. En 1244, se establecen las fronteras con el Reino de Aragón en el tratado de Almizra, asignando al reino de Castilla las plazas de Orihuela, Elche y Alicante y sus súbditos, D. Rodrigo González Girón y el Maestre de Santiago, Pelayo Pérez Correa, se apoderaron de Murcia, Cartagena, Lorca y Mula. Continuando avanzando por el Guadalquivir hacia Jaén y ser conquistada en el año 1246, y apoderarse de Sevilla en Noviembre de 1248 continuando hacia Medina Sidonia y Arcos de la Frontera.
Fundó obispados, restableció el culto católico, construyó iglesias, fundó Monasterios y, hizo donaciones a hospitales. Los mayores gozos de su vida fueron las conquistas de Córdoba (1236) y Sevilla (1248); convirtió en Catedrales sus mezquitas, dedicándolas a la Santa Virgen y fundando la Universidad de Salamanca (la Atenas de España).
Falleció el 30 de Mayo de 1252 para ser enterrado en la Catedral de Sevilla, delante de la imagen de la Virgen de los Reyes, revestido de plata y las efigies sedentes que les representaban, la recubierta de metales preciosos, piedras preciosas y vestido, según su propia petición, con el hábito de la Tercera Orden de San Francisco. Fue Canonizado en el año 1671 por el Papa Clemente X, reinando Carlos II.
La Obra de EL PAN DE LOS POBRES se une a este Santo, Rey de Castilla, con la reedición del libro: “Nuestra Señora en el arzón” Vida del Muy Noble et Santo Rey Don Fernando III de Castilla et de León (ver Sección Libros).