10 DE SEPTIEMBRE - Nació en Azpeitia, Guipúzcoa, el 1857. Hizo el Noviciado en Poyanne y los votos religiosos en 1876.
Desde 1877 a 1888 estuvo once años en La Guardia como enfermero y sacristán, y 41 años y medio en Deusto, Bilbao como portero y sacristán. Así fue su vida. "El santo portero de Deusto", como se le llamó, hizo de la portería su gloria y su corona.
En 1921 fue tres días a Loyola para celebrar las fiestas centenarias de la Herida de su ilustre paisano San Ignacio en Pamplona. En 1927 estuvo un día en Orduña para asistir a las bodas de oro de su hermano Ignacio. En 1929 un día en la enfermería, ya que a las pocas horas subió al cielo.
El Decreto de virtudes heroicas le llama "el Santo de la vida ordinaria", por ello veneramos en el H. Gárate al santo de la vida profesional, haciendo lo ordinario, extraordinario. Nos recuerda lo que en El Divino Impaciente, de Pemán, aconsejó Ignacio a Javier: "No hay virtud más eminente que el hacer sencillamente lo que tenemos que hacer".
Con los Ejercicios de San Ignacio estaba siempre dispuesto "para venir en perfección en cualquier estado o vida que Dios, Nuestro Señor, nos diere a elegir... Piense cada uno que tanto aprovechará en todas cosas espirituales, cuanto saliere de su propio amor, querer e interés".
Nunca tuvo tiempo para él, ni "puentes" ni vacaciones. "Voy, Señor", decía, cuando querían algo de él.
El 8 de Septiembre de 1929 lo trasladaron a la enfermería y 13 horas después, el día 9 se fue hacia los brazos del Padre. El 16 de Octubre de 1985 fue beatificado por el Papa Juan Pablo II.