Fue en esta bendita estancia, donde se celebró la misa por vuestros seres queridos el día 19 de noviembre, a las 9 en punto de la mañana, cuando la iglesia acababa de abrir sus puertas. Como en ocasiones anteriores, acudí a Lisboa para asistir a esta misa tan especial, celebrada por el sacerdote portugués don Diogo Corrêia, fiel amigo de la Obra de El Pan de los Pobres. Aquí está el testimonio gráfico. Los otros días de noviembre la misa era celebrada por uno de los frailes menores de la comunidad franciscana, que nos aprecian mucho también, en la nave central de la iglesia, a las cinco de la tarde. Estoy muy contento de haber participado un año más en tan caritativa misión: rezar en vuestro nombre por los fieles difuntos. Es la forma cristiana de recordarlos.
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Habéis hecho una gran obra de caridad
En el número anterior no tuvimosoportunidad de confirmarosla realización completa de la tanda de 30 misas celebradas por vuestros familiares y amigos difuntos, junto a San Antonio en Lisboa y por las intenciones que nos enviasteis. La iglesia de San Antonio está edificada sobre el solar de la casa natal del Santo, a escasos pasos de la catedral, en donde el santo acudía de niño a cursar los primeros estudios. Por iniciativa del rey Don Manuel I, llamado “el Venturoso” fue engrandecida la pequeña iglesia que existía. Pero el primero de noviembre de 1755, la arrasó el famoso terremoto, salvándose la capilla mayor y la cripta, con la estancia natal del Santo.
La familia de El Pan de los Pobres — 13/01/2022