Un día, sentada junto a su padre, alguien disparó una pistola contra éste; esto la impresionó tanto que perdió el movimiento de las piernas.
En 1790, durante la revolución francesa y la época napoleónica, huyó a Compregne perseguida por las autoridades. Su enfermedad hizo que perdiese el habla durante varios meses. Posteriormente se trasladó a Amiens a la casa del vizconde Blin de Borbón, donde conoció a Francisca Blin de Borbón,
En Amiens, con apoyo del padre Varin, Julia y Francisca fundaron el Instituto de Nuestra Señora, el fin del instituto era el cuidado espiritual de los niños y la formación de catequistas. Julia decía: “Pensad cuán pocos sacerdotes hay actualmente y cuántos niños necesitados se debaten en la ignorancia. Tenemos que luchar para ganarlos para Cristo.
En 1804 el padre Enfantin pidió a la madre Julia se uniera a él en una novena por una intención particular. Al quinto día de la novena, día del Sagrado Corazón, el padre se acercó a la madre, que llevaba veintidós años paralítica, y le dijo: “Madre, si tiene fe, dé un paso en honor al Sagrado Corazón de Jesús”. La madre se levantó y comenzó a caminar.
Tras inaugurar los conventos de Namur, Gante y Tournai, el obispo de Amiens la exigió saliera de su diócesis y se retirara con las religiosas al convento de Namur, donde la madre Julia pasó los siete últimos años de su vida.
En 1816 decayó su salud y murió el 8 de Abril. Fue beatificada por San Pío X en 1906 y canonizada por Pablo VI el 22 de Julio de 1969.