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Los niños aprenden mejor sobre el papel que en la pantalla

Escritor

Veo  a mis hijos que vienen del colegio y se ponen a hacer los deberes en el ordenador o incluso mirando el móvil. Buscan textos en internet, los copian, los pegan en los trabajos que tienen que presentar… todo aparentemente maravilloso. Nunca me ha gustado mucho, me parecía que se “libraban” de hacer un esfuerzo siempre formativo.

La intuición de una madre raramente falla. Por lo visto, el colapso en los niveles de lectura entre los jóvenes estadounidenses ha captado la atención de educadores y funcionarios gubernamentales. Un estudio realizado por neurocientíficos del Teachers College de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) *, ha llegado a una conclusión

decisiva: sobre el papel la lectura es más profunda. Sobre una pantalla resulta superficial.

Sin duda, el confinamiento potenció el aprendizaje remoto y esto ha acarreado desastrosas consecuencias en los estudiantes. Algunos centros escolares se han volcado con entusiasmo a implementar el uso de ordenadores para todo. ¡Qué peligro!

El sentido común nos dice que un niño, solo en su dormitorio, asistiendo a clase a través de la pantalla del ordenador, o en el móvil, oculto a la vista del maestro, no está igual de concentrado en el aprendizaje que si fuera al vivo.

Pero la cosa venía de lejos: muchos niños se han acostumbrado a leer en la pantalla en lugar de hacerlo sobre el papel. Esto es especialmente grave en el periodo en el que el niño, entre 10 y 12 años, pasa de “aprender a leer” a “leer para aprender”.

Cuando los niños leen en papel, pueden concentrarse mejor y recordar la información de manera más efectiva. En cambio, las pantallas de dispositivos electrónicos tienden a provocar distracciones, ya sea por las notificaciones o la tentación de cambiar a otras aplicaciones.

Además, el papel permite a los niños interactuar de manera física con el texto, subrayando, anotando en los márgenes y haciendo dibujos, lo cual ayuda a reforzar su comprensión y retención de la información.

Otro factor es la fatiga visual.  La luz emitida por las pantallas provoca cansancio ocular, lo quedisminuye la capacidad de concentración.

Yo misma, me doy cuenta que cuando leo un texto en el móvil mi atención es más superficial. Ni qué decir de los mensajes de Whatsapp. Un mensaje, simplemente, una comunicación precisa, vale. Es instantánea y resulta práctica. ¿Pero una explicación un poco más detallada? Además, generalmente los mensajes se escriben bastante mal, sin puntuación, lo exige casi la inmediatez y la dificultad para “teclear”. Si a eso le añadimos que se hace al tiempo que otras cosas, caminando por la calle, cuando has aparcado y estás preocupada con llegar a tiempo a algún sitio, o incluso mientras estás hablando con otras personas… Ni se escribe bien, ni se lee con atención.

Deberíamos ser más cautelosos y no dejarnos embriagar por el realismo mágico y las promesas exageradas de la “revolución digital”. Yo he hecho el propósito de ponerle un poco el freno.

* The Guardian. 17/01/ 2024