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Mayo, mes de María

Escritor

Durante siglos la Iglesia ha dedicado el mes de las flores a honrar a la Virgen María, la Madre de Dios. La costumbre ancla sus raíces en la antigua Grecia, en donde el quinto mes del año era dedicado a Artemisa, la diosa de la fecundidad. Algo similar sucedía en Roma pues mayo era dedicado a Flora, la diosa de la vegetación, la llegada del buen tiempo y el alejamiento del invierno. En aquella época celebraban los ludi florals o los juegos florales a finales de abril y pedían su intercesión.

A lo largo de los siglos, la Iglesia fue modelando, “bautizando”, las viejas costumbres paganas. Así, encontramos que en el siglo XII ya existía la devoción de los treinta días a María, el llamado “Tricesimum”, pero se celebraba entre el 15 de agosto y el 14 de septiembre.

Cantiga de Alfonso X

Las primeras referencias documentales haciendo de mayo el “Mes de María” son del siglo XIII, en donde Alfonso X el Sabio, en una de sus famosas cantigas, “Bienvenido Mayo”, invita a rogar a María. En París, algún tiempo después, vemos que los joyeros ofrecían a la Virgen un “mayo”: rama de plata adornada con brillantes y cintas, muestra de reverdecimiento y gozo. El diccionario de la lengua castellana recoge la acepción: Árbol o palo alto, adornado de cintas, frutas y otras cosas, que se ponía en los pueblos en un lugar público, adonde durante el mes de mayo concurrían los mozos y mozas a divertirse con bailes y otros festejos.

En el siglo XVI la devoción se extiende por Alemania e Italia gracias al opúsculo escrito por un sacerdote austríaco titulado “Mayo espiritual” en el que, tejido de referencias al Cantar de los Cantares y al Eclesiástico, compara las virtudes de María con la floración de la primavera. Dominicos y franciscanos fomentaron esta devoción erigiendo altares a la Virgen en calles y plazas, adornándolos con coronas de flores.

En 1785, el padre jesuita Alfonso Muzzarelli publicó “El mes de María o mayo en Ferrara” (Italia), que tuvo una gran difusión. En él propone meditaciones sobre las virtudes de la Virgen para cada día

del mes. Se tradujo al inglés, al español y al portugués, e incluso al árabe en Beirut.

El éxito de esta obra llevó al papa Pío VII a extender la devoción del mes de María en toda la Iglesia católica, concediendo indulgencias a quienes la practicaban. Su sucesor, el papa Pío IX, confirmó con entusiasmo su decisión.

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Todos hemos hecho, de niños, el mes de mayo en el colegio. Aún resuena en nuestro recuerdo la melodía del “Venid y vamos todos, con flores a María, que madre nuestra es”. Y las redacciones en honor a la Virgen y los dibujos. Y la lectura de la flor del día, con el simbolismo de su flor correspondiente: la azucena, la justicia; el lirio, la fe; la amapola, la beneficencia; la rosa, la caridad; la hierbabuena, la misericordia; el jazmín, la piedad; los pensamientos, la oración; las francesillas, la religión; las flores silvestres, las virtudes naturales, etcétera. El nombre de María, con su aroma de primavera, quedó dulcemente sellado en nuestro corazón de niño.

La vorágine de la existencia moderna ha ido desvaneciendo poco a poco estas hermosas prácticas de piedad, pero en muchos ambientes se empiezan a recuperar. Levantar un altar doméstico a María, en un aparador, con unas florecillas o una vela, puede ser una buena oportunidad para implicar a los niños en la oración a la Virgen.

 

Flores del mes de María

Enunciamos aquí un elenco de flores para cada día y lo que simbolizan. El lector puede encontrar la descripción de la flor y su aplicación simbólica a la Virgen, escrita por el padre Francisco Palau, en la web formacioncatolica.org y en el apartado de oraciones del Oratorio de San Antonio: https://unavelaasanantonio.es

Día 1: Rosa común

– la virtud: la Caridad

Día 2: Rosa del mes de mayo

– la Caridad: amor de Dios

Día 3: Rosa guirnalda

– la Caridad: amor al prójimo

Día 4: Yerba buena

– la misericordia

Día 5: Amapola: la beneficencia y

las catorce obras de misericordia

Día 6: Lirio: la fe católica

Día 7: Flor del naranjo

– la esperanza

Día 8: Ramillete de flores silvestres

– virtudes naturales

Día 9: Girasol: la prudencia

Día 10: Azucena: la justicia

Día 11: Las francesillas: la religión

Día 12: Pensamientos: la oración

Día 13: Jazmín: la piedad

Día 14: Mayorana: la obediencia

Día 15: Jacinto: la gratitud

Día 16: Némoras: la veracidad, la

amistad o afabilidad y la liberalidad

Día 17: Claveles: la fortaleza

Día 18: Claveles en ramillete

– la magnanimidad

Día 19: Malva-rosa y la pasionaria

– la paciencia

Día 20: Clavel color blanco

salpicado carmesí y la zamba

– la perseverancia

Día 21: Viola simple y sus hijas

– la templanza

Día 22: Viola morada simple y doble

– la abstinencia y la sobriedad

Día 23: Violas simple y doble,

color blanco

– la castidad y la virginidad

Día 24: Tomillo, romaní,

menta, desmayo

– la penitencia

Día 25: Yerba Luisa: la pobreza

Día 26: Vainilla: la continencia

Día 27: Cariños de la reina y

otras especies de malva

– Clemencia y mansedumbre

Día 28: Violeta: la modestia

Día 29: Alabaca: la humildad

Día 30: Las adormideras, espuelas

y capuchinas

– la eutropelia

Día 31: La gran corona de todas

las flores del mes de mayo:

la corona de la gloria debida

al mérito de las virtudes