No se trata de ser optimistas ni pesimistas, pero sí apóstoles y animadores de la fe, para que el ambiente de nuestras familias y de nuestros pueblos y ciudades sea como Dios quiere. De esa manera nuestras familias, hijos y nietos vivirán en ambientes sanos, que les llevarán a Dios y a ser felices, sirviéndole adecuadamente.
· Una actividad, una revista que no crece, su destino, antes o después, es desaparecer.
· Son muchos los católicos que no reciben en sus casas una revista religiosa, necesaria para reforzarles su fe, tenerles informados y aportarles formación.