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Fallece don Manuel Garrido Bonaño, OSB, religioso benedictino, colaborador por muchos años en nuestras páginas

Es imposible reflejar, en unas pocas líneas, las virtudes y cualidades de Fray Garrido, pero no podemos dejar de señalar, como se indica en el Boletín de la Abadía, que era uno de los monjes más conocidos y prestigiosos de la misma. Su muerte tuvo lugar entre el día en que la Iglesia celebra la Exaltación de la Santa Cruz, titular de la Abadía benedictina y de la Basílica del Valle de los Caídos, y el Domingo, día del Señor, en que se conmemora a Ntra. Sra. de los Dolores, Patrona de su lugar natal, Valverde del Camino (Huelva).

Puede decirse que cumplió su deseo de morir en el monasterio al que amaba intensamente, después de haber podido adorar el día previo el “Lignum Crucis”, que la Comunidad recibió como regalo del Beato Juan XXIII en 1960.

El P. Manuel ingresó en el Seminario de Sevilla y de allí pasó a la Abadía de Santo Domingo de Silos con 21 años. En ésta hizo su profesión de votos temporales el 29 de Junio de 1948, festividad de San Pedro y San Pablo, y la de votos solemnes el mismo día en 1951. En 1954 fue uno marchó a realizar la fundación de San Salvador de Leyre (Navarra), pero poco después fue a estudiar al Instituto Monástico en el Pontificio Ateneo de San Anselmo de Roma, de la Orden de San Benito (1955-1957). Regresó a Silos y en Julio de 1958 tomó parte en la fundación de la Abadía de Santa Cruz del Valle de los Caídos, pero volvió de nuevo al monasterio fundador hasta que en 1960 pasó definitivamente al recién erigido.

Principalmente liturgista, mariólogo y biógrafo, cultivó además otros campos. Fue profesor de Filosofía, Liturgia y algunos tratados de Teología en Silos, Leyre y el Valle de los Caídos. Durante diecisiete años impartió clases en la Facultad Teológica del Norte de España (Burgos). Participó como perito en el Concilio Vaticano II y fue nombrado consultor de la Sagrada Congregación de Ritos, así como más tarde perito de la Comisión Episcopal de Liturgia en España. Pertenecía a la Sociedad Mariológica Española, a la Sociedad Josefológica y a la Pontificia Academia Mariana Internacional. Intervino en el proceso de beatificación de San Josemaría Escrivá de Balaguer, en el Tribunal Diocesano de Madrid y promovió con gran entusiasmo la causa de la salesiana Beata Eusebia Palomino.

Cabe destacar, entre otras muchas obras, el Curso de Liturgia Romana (1961), La Liturgia de las Horas a través de los siglos (1976), Ildefonso, cardenal Schuster, místico y apóstol (1987), Iniciación a la Liturgia de la Iglesia (1988). Recientemente se había publicado una semblanza suya en el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia.

El lunes 16 se celebró la Misa de funeral, a las 12 h., en la Capilla del Monasterio y a continuación se llevó el féretro en procesión para su sepultura en el cementerio de la Comunidad. Tanto la Escolanía, como antiguos escolanes y los monjes cantaron en estos actos. Asistieron sus familiares, autoridades de Patrimonio Nacional y del Ayto. de San Lorenzo de El Escorial, representantes de comunidades benedictinas y de otras Órdenes y otras personas allegadas.