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¡Feliz Año Nuevo!

Las circunstancias espirituales tampoco son para echar cohetes, pero la Navidad, tiempo de ilusión y esperanza, debe ayudarnos a comprender la realidad de nuestras vidas: dar gloria y servir a Dios y con ello alcanzar el Cielo. Con este ánimo les deseamos, en el Nuevo Año 2014, todo lo mejor para ustedes y sus familias.