Ayudó y cooperó con el párroco de Chamberí llegando a fundar un instituto de religiosas dedicadas a asistir a los enfermos en sus domicilios. Esta santa “Soledad” fue la “gran pieza clave” del instituto, que llegó a llamarse “La Congregación de Siervas de María”, ministras de los enfermos.
Murió el 11 de octubre de 1887, sus restos se encuentran en Madrid (Plaza de Chamberí) en la capilla de las Siervas de María. Fue beatificada por Pío XII, en 1950, y canonizada por Pablo VI, el 25 de enero de 1970.