Hasta el siglo IV todos los Obispos de Roma subieron a los altares. De los 64 siguientes pontífices, 53 fueron canonizados y de éstos, San Dámaso I (366-384) es el único santo padre de origen español. Este primer gran periodo de “Papas Santos” finalizó con Gregorio I, “El Magno” (590-604), que es considerado como uno de los grandes doctores de la Iglesia.
En los siglos siguientes, el número de vicarios de Cristo que subió a los altares fue menor; durante la Edad Media en el siglo XI, fueron canonizados dos papas (León IX y Gregorio VII) y en el siglo XIII, uno más (Celestino V).
Pío V fue el único Papa canonizado del Renacimiento y en su papado (1566-1572) tuvo lugar la victoria cristiana en la batalla de Lepanto contra los turcos; excomulgó a la reina Isabel I de Inglaterra.
Pío X (1902-1914), nos encontramos en el siglo XX, fue el último en subir a los altares el 29 de Mayo de 1954, pasando a la historia como el “Papa Santo”. Tuvo mucho empeño en promover la piedad entre los fieles y en fomentar la recepción frecuente de la Sagrada Comunión, si fuera posible, diariamente.
BEATOS
Entre los papas beatos tenemos a Víctor III (1086-1087), cuyo pontificado, duró poco más de un año. Su sucesor Urbano II, también fue beatificado al igual que Eugenio III (s. XII), Gregorio X (s. XIII), Inocencio V (s. XIII), Benedicto XI (s. XIV), Urbano V (s. XIV) e Inocencio XI (s. XVII).
Pío IX (1846-1878) y Juan XXIII (1958-1963) fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II el 3 de Septiembre de 2000. Pío IX proclamó los dogmas de la Inmaculada Concepción de María (1854) y de la Infalibilidad pontificia, éste durante el Concilio Vaticano I (1870). Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II.
El pasado 1 de Mayo, Benedicto XVI beatificó en la Plaza de San Pedro, a su antecesor el Papa Juan Pablo II, convirtiéndole en el décimo Sumo Pontífice beato.