Su primera dedicación fuerón las armas, (tradición familiar). Tras resultar gravemente herido en la defensa de Pamplona contra los franceses (1521), mientras se recuperaba de sus heridas en la Torre de Loyola, la lectura de vidas de santos le cambiaron por completo la forma de plantearse la vida y decidió consagrarse al servicio de Dios y de la Iglesia.
Tras subir al Monasterio de Aranzazu (Guipúzcoa), decidió hacer penitencia y oración en Montserrat y Manresa, donde escribió los Ejercicios Espirituales. Un año después, en 1523 peregrinó a los Santos Lugares. De regreso a España comenzó a estudiar, con 33 años, en las universidades de Alcalá de Henares, Salamanca y París.
En París, donde se graduó, consiguió reunir a seis compañeros, comunicarles sus ideas, y fundar la Compañía de Jesús, haciendo juntos votos de pobreza y apostolado en la Cueva de Montmartre. Posteriormente se ofrecieron al Papa Pablo III, quien en 1537 les ordena sacerdotes y tres años después aprueba sus estatutos.