Tras peregrinar a la Virgen de Monserrat, y meditar en cómo pasan las vanidades del mundo, se promedió ayudar a los Cristianos prisioneros de los mahometanos y comenzó a gastar su gran fortuna pagando su libertad.
En Agosto de 1218 se apareció la Santísima. Virgen a San Pedro Nolasco y al rey Jaime de Aragón (gran amigo de nuestro Santo) recomendándoles que fundaran una Comunidad de religiosos dedicados a la liberalización de los cristianos.
Consultaron a San Raimundo de Peñafort, y éste les llevó ante el Sr. Obispo de Barcelona, a quien le pareció muy buena idea. Pedro Nolasco hizo ante el obispo sus tres votos o juramentos de castidad, pobreza y obediencia, añadiendo un cuarto juramento: el de dedicar toda su vida a tratar de libertar a los cristianos.
Murió a los 77 años. En 1628, el Sumo Pontífice le declaró santo y la Comunidad fundada por él se dedicó a ayudar a los que están encarcelados.