Usted está aquí

Albania. La Tolerancia Religiosa y otros valores

Situada entre la República de Macedonia, al este, Servia, al noroeste, Grecia, al sur y Montenegro, al norte, su suelo está, en sus tres cuartas partes, ocupado por altas montañas, muchas de las cuales dan sobre un Adriático tan repleto de sueños como de Historia.

Su nombre nos suena a Europa. Pero a esa indeterminada Europa, que se engloba en una amplia y compleja definición que llamamos Balcanes y que, instintivamente, nos habla de guerra, confrontación, odio, persecución religiosa y miseria.

Hay personas, que no solo logran modificar la Historia a su alrededor sino que establecen pautas de comportamientos y modos de vida, donde solo había injusticia y miseria. Son, quienes de verdad, cambian nuestro mundo, lo mejoran. Lo hacen más humano. Su objetivo, sin embargo, era, aparentemente, mucho más sencillo, pretendía hacerlo más cristiano.

Beata Teresa de Calcuta

Aunque no nació en Calcuta, la llamaron Teresa de Calcuta. La gran urbe hindú la adoptó, en reconocimiento a una larga vida de servicio y dedicación.

Anjeze Gonxhe Bojaxhiu, tercera hija de Kolë y Drane Bojaxhiu, aunque nacida el 27 de Agosto de 1910 en Skopje, hoy capital de la República de Macedonia, pertenecía a una antigua familia de Shkodra, originaria de la región de Prizren, región albanesa de mayoría católica.

En la pequeña calle Hadjar Hidri, todavía se puede ver la casuca familiar, que habitara Anjeze, la religiosa que el mundo conocería como Teresa de Calcuta.

Desde el aeropuerto internacional de Tirana hasta algunos de los lugares más recónditos de este pequeño país, llevan, orgullosos, el nombre de la monja que fundara la Congregación de las Misioneras de la Caridad, cuyo objetivo, mundialmente conocido, es la erradicación de la miseria en Calcuta.

Porqué ese es, en mi opinión, el maravilloso milagro, que esconde Albania: la tolerancia y el amor entre sus múltiples religiones.

Ella, Teresa de Calcuta, fue un buen ejemplo; puede que ella aprendiera a practicar esa tolerancia y ese amor entre los suyos, que vivían a su alrededor en aquellos lejanos tiempos de su niñez.

Avatares de la Tierra del Águila

Con poco más de tres millones de habitantes, la trayectoria histórica de Albania, “la Tierra del Águila”, no puede ser más dramática: Sus primitivos pobladores, los Ilirios, desarrollaron el comercio, fundaron una red de ciudades-estado y adquirieron un importante desarrollo material entre los pueblos de la Grecia clásica.

Derrotados por los romanos, pasaron a integrarse en el Imperio Romano de Oriente y más tarde, en el Imperio Bizantino. Por lo que su cultura religiosa se identifica con el cristianismo.

En el siglo IX cayeron bajo la influencia del imperio búlgaro. En el siglo XIV, en 1389, tras la derrota de las tropas cristianas, en la batalla de Maritsa, los otomanos entran en la región. Aunque en el siglo XV se produce un interesante período de tiempo, en el que Scanderbeg, actuará de hecho como príncipe independiente, el Imperio Otomano se enseñoreará de la región hasta el siglo XX.

A partir de 1912, la independencia no mejoró la vida de Albania. Serbia se adjudicó parte de sus tierras e Italia ocupó el resto.

La nobleza albana se inventó un rey: Zogu I, pero no tuvo suerte, Mussolini ordenó la invasión de su reino.

En 1941, se fundó el Partido Comunista de Albania y desde que echaron a los alemanes hasta su muerte, padeció la dictadura comunista de Enver Hoxha.

Durante el gobierno del dictador, Albania fue aliada y enemiga de Yugoslavia, de la Unión Soviética y de China.

Todo estaba prohibido. Todo el mundo era enemigo.

 A finales del siglo XX llegó la democracia. No puede decirse que su vida actual sea fácil; las dificultades son muchas y los recursos escasos, pero tienen la ilusión de quienes piensan que todo lo malo que podía sucederles ya les ha pasado.

Llegada del Cristianismo

En un momento determinado, gracias a las predicaciones de los primeros discípulos de Jesús, el cristianismo se extiende por el Este de Europa.

Muy temprano, posiblemente en el siglo I de nuestra Era, Albania fue evangelizada a través de la Vía Ignatia[1]. Los mosaicos paleo cristianos son numerosos en algunas de sus regiones, como Butrino, lo que indica la existencia de importantes edificios religiosos.

Hasta el año 731, las iglesias de Albania dependían de Roma. Unidad que se quiebra en esa fecha como consecuencia de las disputas iconoclastas. El Cisma de 1054  afectará definitivamente a la Iglesia albana.

 


[1]     Antes del año 58, Durres o Dyarrachium, tenía un núcleo de cristianos en su seno compuesto de unas sesenta familias. En Durres finalizaba la vía Ignatia que unía Roma con Constantinopla. Del puerto de Durres partía los barcos hacia Roma. En el año 70 de nuestra era, Durres tenía un obispo llamada César.