Estos venerables esposos cumplen sus bodas de oro. Avanzan serenos, aabriendo el sencillo cortejo, por el camino que les lleva a la Iglesia, en donde renovarán sus votos de fidelidad, perdonándose una vez más las pequeñas desavenencias que la convivencia a veces trae.
Ella luce el festivo traje regional, con delantal de alegres flores sobre la saya, medias y mantilla blanca. Su porte es firme y en su rostro se esboza una dulce sonrisa. Él, con traje oscuro de pana, chaleco, sombrero y botas, apoya su paso, un tanto incierto, con un bastón.
Les siguen sus hijos, sus nietos, los vecinos, todo el pueblo. Admirados, a su paso, un grupo de niños les contemplan. Y una, más vivaracha, al frente, con vestido rojo y zuecos, encantada, comienza a aplaudir.
Repican alegres las campanas y un sol brillante baña las encaladas paredes de esta aldea italiana, reflejando su luz en las ropas, en los árboles frutales, impregnando la atmósfera de intenso colorido y aire fresco.
Luz de la verdadera alegría que brota de una vida no exenta de dificultades, porque estamos en un valle de lágrimas. Luz de una vida honesta de trabajo, de amor a la familia, de esfuerzo y dedicación. Luz de la civilización cristiana, consecuencia de una existencia ordenada según sus principios. Luz de Dios, en definitiva, que ilumina nuestro camino hacia el Cielo.
V I D A
Luigi Nono nació en Fusina (hoy municipio de Venecia) en 1850, pero sus padres se trasladan a Sicilia, y allí pasa su infancia. A los quince años, le matriculan en la Academia de Bellas Artes de Venecia. Domina el paisaje pero se centra en la pintura de género, con temas de la vida cotidiana, no rehuyendo muchas veces las escenas dramáticas. Lideró la escuela veneciana del siglo XIX y alcanza su primer gran éxito a nivel internacional con su obra “Refugium peccatorum”. Enseñó pintura en la Academia de Bellas Artes de Venecia y Bolonia desde 1899. Murió en Venecia, al final de la Primera Guerra Mundial, en 1918, unos años antes del nacimiento de su sobrino Luigi, compositor. En 2012 se organizó en Milán una gran exposición de sus obras.