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El beso

El beso. Théophile Emmanuel

LA TIERNA escena, llena de enseñanza: en la acogedora escena, llena de enseñanza: en la acogedora estancia de esta acomodada casa, una aldeana visita a su protectora para ofrecerle un cesto de hermosas manzanas de su huerto. Acude especialmente arreglada para la ocasión: toca blanca, brillantes pendientes y un alegre chal dorado sobre los hombros.

En agradecimiento, la niña de la casa, con su vestidito blanco, ceñido con un lazo rosa a la espalda, le da un beso en la mejilla al tímido niño de mofletes rosados: –“¡Dale un besito!” –le dice su madre.

La diferencia de condición social está a la vista. Pero los sentimientos y las actitudes naturales

reflejan una verdad frecuentemente olvidada en nuestros días: la visión cristiana de la vida en la sociedad se basa en el reconocimiento de la diversidad de las clases sociales, unidas por un verdadero amor fraterno, que no busca ni tiene el efecto de nivelarlas.

En este sentido, el Papa Benedicto XV en 1914, en su encíclica Ad Beatissimi Apostolorum, exhortaba a todos “a que, ajustándose a la ley divina de la caridad, se amen unos a otros como

hermanos. La eficacia de este fraterno amor no consiste en hacer que desaparezca la diversidad de condiciones y de clases, cosa tan imposible como el que en un cuerpo animado todos y cada uno de los miembros tengan el mismo ejercicio y dignidad, sino en que los que estén más altos se inclinen, en cierto modo, hacia los inferiores y se porten con ellos, no sólo con toda justicia, como es su obligación, sino también benigna, afable y pacientemente; los humildes a su vez se alegren de su prosperidad y confíen en su apoyo, como lo hace el hijo menor de una familia al ponerse bajo la protección y el amparo del de mayor edad.”

VIDA

THÉOPHILE EMMANUEL DUVERGER nació en Burdeos en 1821 y murió en una fecha incierta entre 1886 y 1901. Fue un pintor autodidacta que aprendió observando la naturaleza y las obras de los grandes maestros. Expuso en el Salón de París desde 1846. Sus obras están impregnadas de encanto, ternura y tienen como temática principal los niños. Obtuvo diversas medallas y reconocimientos entre 1861 y 1865. Su legado artístico está presente en importantes museos de París, Burdeos, Glasgow, Hamburgo, Luxemburgo o Nueva York.