El 13 de junio de 1917, la Virgen María habla por primera vez en Fátima de la devoción a su Corazón Inmaculado y le dice a Lucía: “Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien la abrace le prometo la salvación; y serán amadas por Dios estas almas como flores puestas por mí para adornar su trono.”
Al mes siguiente, durante la aparición en la que la Virgen les confía el famoso secreto de Fátima, les dice: “Habéis visto el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado. Si se hace lo que les diré, muchas animas se salvaran y habrá paz. Tú, al menos procura consolarme y anuncia en mi nombre”.
“Vendré a pedir la comunión reparadora de los primeros sábados”. Reparación, siempre pidiendo reparación por las ofensas recibidas de los hombres.
Itinerario de Lucía
El 17 de junio de 1921 Lucía abandona Aljustrel, su aldea natal, para estudiar en la ciudad de Oporto. Es recibida como alumna interna en el colegio de las Hermanas Doroteas. Y el 24 de octubre de 1925 ingresa en el Instituto de Santa Dorotea, siendo admitida como postulante en el convento que esa congregación tiene en Tuy, en Galicia. Más tarde, en marzo de 1945 Deja el Instituto de Santa Dorotea para ingresar en el Carmelo de San José, en Coímbra, donde permaneció hasta su muerte, en febrero de 2005.
La Virgen cumple su promesa
El 10 de diciembre de 1925, estando en su habitación en el convento de Pontevedra la Virgen María cumple la promesa hecha a Lucía, quien nos lo cuenta así: “Ese día estando en mi habitación en Pontevedra, España, se me apareció la Santísima Virgen y, al lado, como suspendido en una nube luminosa, el Niño. La Santísima Virgen me ponía la mano sobre mi hombro derecho y, al mismo tiempo, me mostraba un corazón cercado de espinas que tenía en la mano.” Entonces dijo el Niño: “Ten compasión del corazón de tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos le clavan continuamente sin que haya nadie que haga un acto de reparación para arrancárselas”. Y en seguida dijo la Santísima Virgen: “Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes, tú, al menos, procura consolarme y di que: “Todos aquellos que durante cinco meses seguidos, en el primer sábado, se confiesen y reciban la Santa Comunión, recen el Santo Rosario y me hagan 15 minutos de compañía meditando en los misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación”.
¿Por qué son cinco los sábados?
Cuando Sor Lucía refería a su confesor la petición de la Virgen, éste le dijo: ¿Por qué 5 y no 9 como los primeros viernes, o 7 como los dolores de la Virgen? Cuenta Lucía que estando en la Iglesia con el Señor en la noche del 29 al 30 de mayo de 1930 en Tuy, y hablando con Él de dicha pregunta, le fue revelado lo siguiente:
“Hija mía, el motivo es el siguiente: son cinco las principales clases de blasfemias cometidas contra el Inmaculado Corazón de María:
1) Las blasfemias contra la Inmaculada Concepción
2) Las blasfemias contra su Virginidad
3) Las blasfemias contra su Maternidad Divina, negándose al mismo tiempo reconocerla como Madre de los hombres.
4) Las blasfemias de aquellos que públicamente tratan de infundir en los corazones de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia esta Madre Inmaculada.
5) Las ofensas de aquellos que la ultrajan directamente en sus Sagradas Imágenes”.
“He aquí el motivo por el cual el Corazón Inmaculado de María me ha sugerido pedir esta pequeña reparación y en consideración a Ella, conmover mi misericordia para perdonar a las almas que han tenido la desgracia de ofenderla”.
¿Cómo hacerlos?
Las condiciones son las siguientes: Durante 5 primeros sábados de mes seguidos hay que:
1- Confesarse (dentro de los ocho días anteriores o posteriores)
2- Recibir la santa comunión en gracia de Dios
3- Rezo del santo rosario.
4- Meditación durante 15 minutos de los misterios del rosario (uno o más). Es importante recordar que debemos realizar la confesión, la comunión, el rezo del santo rosario y la meditación de los misterios en reparación por los pecados que se cometen contra el Corazón Inmaculado de María