Si bien las mujeres hoy día somos profesionales y estamos capacitadas para trabajar a la par de nuestros esposos, nuestro rol es complicado de reemplazar. Por eso muchas veces podemos sentir que la carga se nos hace más pesada. Cumplimos muchas funciones, y todas son de igual importancia. El rol de la mamá posee un alto significado en los demás
miembros de la familia y sumamente proporcional a la estimulación de los niños. Se dice que hay que estar muchas horas en casa, para estar justo en el momento indicado. Y eso, con frecuencia, no es fácil.
¿Cómo hace una madre para trabajar? ¿Para ver la cara de sus niños al entrar o al salir del colegio? ¿Para organizarles una vida social, con amistades, deporte, vida al aire libre? Le conviene conocer a las familias de sus amigos, de su entorno cercano, para que luego puedan frecuentarlas y acceder a una vida en sociedad.
Está comprobado que los niños con mayor predisposición de sus padres a colaborar con sus tareas, revisar sus cuadernos y estar al tanto de los temas que ven en clase tienen mejor rendimiento escolar.
Cuidar los sentimientos
También es importante leerles, cultivar en ellos la lectura.
¿Y su vida espiritual? Así como
alimentamos al niño desde su primer día de vida, para que crezca fuerte y sano, lo mismo debemos hacer con su alma.
Parece muy corto el día para todo eso. ¿Cómo vivir la semana
y/o el fin de semana con sentimientos encontrados queriendo cumplir con determinada cantidad de objetivos?
¿Cómo distribuir sabiamente el tiempo para nuestros hijos, con una buena calidad de entrega, con compromisos laborales y todo lo que trae aparejado llevar adelante un hogar?
La comunicación única, extraordinaria, que existe entre madre e hijo hace que la primera viva los fracasos y los logros de sus hijos como propios. Nos pueden dar mu- chísimas satisfacciones y alegrías como también preocupaciones, cansancio y cierto desgaste o sufrimiento en casos extremos.
Darlo todo, y con alegría
¡Que magnifica y deseada es a la maternidad!
¡Y que exigente a su vez!
Para convertirse en un hombre el Niño Jesús también necesitó de su Madre. María es el modelo perfecto para todas las madres. Compensa depositar nuestra confianza en Ella, admirar su insondable capacidad de aceptación y compartir nuestros agobios y penas, nuestras alegrías y triunfos.
El día de la madre
Mayo es el mes de María, y también cuando festejamos el día de la Madre, que, a decir verdad, deberían ser todos los días.
Las madres tenemos la gracia y la oportunidad de experimentar el camino de la entrega. Con frecuencia tenemos que abandonar lo que estamos haciendo para encontrar la mirada de uno de los niños que nos demanda atención, que desea que reconozcamos sus logros,
sus esfuerzos, que le ayudemos en sus aspiraciones. Que escuchemos su música, leamos sus libros, o veamos sus películas. Que los socorramos en sus caídas y les transmitamos el ánimo para volver a intentarlo.
Vívelo intensamente
Si te ha llegado el tiempo de ser madre, vívelo intensamente, que no te consuma la rutina, ni la moda, ni el querer alcanzarlo todo. Porque ya tienes lo más preciado en este mundo.
Cuando estoy en el límite… a punto de estallar, me vienen a la mente aquellas palabras de aceptación: “hágase en mi según tu palabra”.
Y mi espíritu se calma. Encuentro la paciencia para afrontar lo que no puedo cambiar. Después me siento recompensada. “Quien confía en el Señor no quedará defraudado”
(Salmo 22,6). Sólo con una mirada empática nuestros hijos crecerán confiados, seguros y se desarrollarán sanamente.