Cuando tenemos que relatar algo no todos lo hacemos de la misma manera. Alguien que presenció un accidente no utilizará el lenguaje de la misma forma que quien lo sufrió o que el policía que llegó tras los hechos sucedidos. El acontecimiento descrito es el mismo,
pero el género o forma como se cuenta varía en función de la experiencia interna, los sentimientos y los intereses. De igual forma acontece con los relatos bíblicos. A la hora de acercarnos a ellos tenemos que tener en cuenta la perspectiva o género literario que ha utilizado su autor cuando los puso por escrito.
No hacerlo sería cometer un grave error que nos conduciría a malinterpretar el texto. Algo muy común cuando, por ejemplo, pretendemos entender las narraciones bíblicas de acuerdo con nuestras ideas y concepciones actuales.
En la Biblia podemos encontrar diversidad de géneros literarios, ya que en realidad se trata de una biblioteca (colección de libros). Intentando resumir de modo sistemático aquellos que se dan en el texto sagrado podríamos agruparlos bajo los siguientes tipos:
Histórico: todo aquel relato que está narrado en forma de historia. Es importante precisar
que dicha historia no tiene por qué haber ocurrido en el nivel real, sino que simplemente nos fijamos en el modo en el que es relatada. La pretensión de estos textos no es tanto el contar sucesos que ocurrieron, sino más bien ofrecer un “programa” de gobierno y dereformas, de tal forma que las lecciones del pasado nos sirvan a la hora de actuar en el presente.
Legislativo: en este género entrarían todos aquellos textos de corte legal que tienen por fin regular las relaciones humanas. Las leyes suelen ser formuladas de dos maneras: “apodíctica”, es decir, la ley como mandato (“santificarás las fiestas”, “no matarás”), y casuística (“si en una de tus ciudades…”).
Profético: un personaje habla a su pueblo en nombre de Dios para denunciar la conducta
injusta de los habitantes, anunciar la justicia de Dios y llamar al cumplimiento de las promesas. Los profetas que conocemos y a los que se les atribuyen sus libros (Isaías, Jeremías, Baruc, Ezequiel...) no escribieron casi nada. Esa fue una labor de sus discípulos.
Lírico: es la expresión de la fe a través de poemas y cantos.
En la Biblia tenemos tres libros claramente poéticos: Salmos, Lamentaciones y Cantar de los Cantares, además de otras poesías desperdigadas.
Sapiencial: a través de proverbios, sentencias y refranes se expresa la sabiduría que ha ido adquiriendo el pueblo. El motivo de los escritos de este género no es la revelación de un profeta o la manera de ver la historia, sino la vida cotidiana del pueblo. Por medio de la reflexión y la experiencia pretende brindar orientaciones al pueblo de Dios ante los desafíos del día a día.
Apocalíptico: surge como un llamamiento a la esperanza ante una situación de opresión y persecución. Se caracteriza por sus revelaciones, sobre todo acerca del porvenir. En este tipo de literatura bundan las visiones simbólicas, las alegorías enigmáticas, las imágenes sorprendentes y las especulaciones numéricas. El prototipo de este género son los libros de Daniel y Apocalipsis.
Epistolar: son cartas escritas con el fin de dirigir, aconsejar e instruir en sus primeros desarrollos a iglesias recién formadas, o para ayudar a los responsables de pastorearlas y administrarlas.