La alegría de nuestro San Antonio de Padua emanaba de su fe viva en Jesús resucitado.
Así queda expuesto en varios de sus sermones:
"El gozo que experimentaron los apostoles por la resurrección de Cristo, superó cualquier otro gozo que ellos tuvieron, cuando Jesús estaba todavía con ellos en su cuerpo mortal." (Sermón de la fiesta de Pascua)
"El sol es Jesucristo. En comparación con su luz, toda luz es tinieblas. Jesucristo fue sol brillante en su nacimiento, sol caliente por la predicación, sol ardiente por los milagros en que apareció como verdadero Dios, sol poniente en su pasión, cuando cayó muerto como un toro inmolado al Padre". (Sermón 1607)