Este detalle es un símbolo muy expresivo de lo que fue su vida. San Antonio amó a los pobres, se hospedó en sus casas campesinas en las que reinaba la pobreza, y conversó amablemente con ellos.
En sus sermones invitaba a los ricos a compartir sus bienes con los necesitados. He aquí algunas frases:
"Quien quiera que posea bienes terrenos, retenidos los necesarios para la comida y el vestido, lo sobrante debe darlo a sus hermanos, por quienes Cristo murió, si los viere necesitados".
Hoy en nuestros días, San Antonio de Padua sigue atendiendo a los pobres por medio de los donativos que sus fieles depositan en el cepillo del "Pan de los pobres" o bien los envía a la Revista El Pan de los Pobres, con los cuales se ayuda a necesitados a través de "La buena acción". De esta forma se cumple lo que nuestro San Antonio de Padua nos indica en el responsorio:
RESPONSORIO DE SAN ANTONIO DE PADUA
El mar sosiega su ira,
redimense encarcelados,
miembros y bienes perdidos
recobran mozos y ancianos
El peligro se retira,
los pobres van remediados;
cuéntenlo los socorridos,
díganlo los paduanos.
El mar sosiega su ira,
redimense encarcelados,
miembros y bienes perdidos
recobran mozos y ancianos.
Ruega a Cristo
por nosotros,
Antonio glorioso y santo,
para que dignos así
de sus promesas seamos.