En el sigo XIII, tiempo de San Antonio de Padua, la piedad popular se centraba en la figura de Cristo Crucificado.
Repasando los sermones de San Antonio de Padua, descubrimos frases que nos hablan de su amor al Crucificado. Por ejemplo: "El cristiano debe apoyarse en la Cruz de Cristo como el viandante en el bastón. Debe llevar bien grabada en la mente y el corazón la Pasión del Señor, pues solo de esta fuente manan palabras de vida, de paz, de gracia y de verdad. ¡Contemplemos a Jesús Crucificado!" (Sermones, 1).
San Antonio de Padua se identificaba con Cristo y participaba de sus sufrimiento mediante una vida de austeridad, recogimiento y penitencia.